Cuánta agua ha pasado debajo del puente en la vida de Nicolás González (23) desde aquel 8 de julio de 2017 a la actualidad… Ese día marcó el agónico gol con que Argentinos Juniors derrotó a Gimnasia de Jujuy y obtuvo el ascenso a la división mayor del fútbol argentino. Tenía solo 19 años y en los medios nacionales ya empezaba a dar que hablar ese ágil zurdo que desbordaba y convertía con cierta facilidad en el equipo del “Gringo” Heinze. También en ese momento DIA 32 presentaba en sociedad al prometedor escobarense, de quien poco se sabía.
En primera, y ya afianzado en el puesto, “Nico” siguió inflando redes con grandes definiciones. Como contra River, en el Monumental, donde fue figura, en otro punto de inflexión de su carrera. Parecía que tocaba el cielo con las manos, pero tenía mucho más para dar.
Con 11 goles en 46 partidos, los ojos de clubes europeos se posaron sobre él. Y el Stuttgart alemán pagó 8,5 millones de euros para llevárselo, en julio de 2018. Fue la transferencia más cara en la historia de la institución de Paternal, aún más que la de Diego Maradona a Boca, en 1981.
En el cuadro teutón fue de menor a mayor. Tuvo la mala suerte de irse al descenso en 2019, aunque un año más tarde volvió a la Bundesliga, con él como goleador y pieza clave en el ataque, junto al histórico centrodelantero Mario Gómez. Su estadía en Alemania dejó números muy interesantes: 23 goles en 79 partidos, entre Serie A y B.
En el transcurso, fue convocado para la selección nacional que disputó los Juegos Panamericanos de Perú, con Fernando Batista como DT, quien lo conocía por su paso con la camiseta de Argentinos, donde llegó a los 8 años. El equipo ganó medalla de oro, aunque él no pudo marcar goles.
Dos meses después jugó por primera vez en la selección mayor. Fue en un amistoso frente a Ecuador, en España, que Argentina ganó 6 a 1. Desde ahí su presencia en el combinado nacional fue creciendo y la confianza que le dio Lionel Scaloni resultó clave para que crezca y sea parte de un recambio necesario en el equipo que tiene a Lionel Messi como abanderado.
En noviembre del año pasado se terminó de “convertir en héroe” en las eliminatorias para Qatar 2022. Marcó un gol de cabeza contra Paraguay, en La Bombonera, que sirvió para que el seleccionado empate 1 a 1. Cuatro días después volvió a gritar, frente a Perú: abrió el marcador para que Argentina termine ganando 2 a 0. En ese encuentro fue votado por los televidentes como el mejor de la cancha.
Nuevo desafío
Mientras la selección estaba concentrada en el predio de Ezeiza para jugar la actual Copa América en Brasil, donde fue titular en el debut ante Chile, el escobarense firmó contrato con la Fiorentina de Italia, que le pagó al Stuttgart 22,5 millones de euros para incorporarlo a su escuadra.
El pase fue anunciado en las redes sociales del club de Firenze con una imagen del dibujo animado Speddy González, el ratón súper veloz, haciendo alusión a la rapidez del delantero argentino. Allí tendrá de compañeros a dos compatriotas, Lucas Martínez Quarta y Germán Pezzela, también integrantes de la selección.
Fueron varios los clubes europeos interesados en “Nico” en este mercado de pases. Incluso estuvo muy cerca del Brighton, de la Premier League inglesa, pero la oferta de los italianos fue superior y cuando termine la Copa América se pondrá la camiseta violeta, la misma que hizo brillar Gabriel Batistuta, máximo goleador extranjero de la institución.
En su cuenta de Instagram, el futbolista se despidió de los hinchas del Stuttgart con sentidas palabras: “No quería irme sin dejarles de expresar mis sentimientos. Fueron tres años muy intensos que pasé en esa hermosa ciudad, donde todos me recibieron con los brazos abiertos para cobijar a un chico de 20 años que hacía sus primeros pasos en el fútbol internacional. Hoy me toca seguir mi carrera y dar otro paso. Llegó un futbolista profesional en 2018 y se va un fan del Stuttgart por siempre”, afirmó.
González se convirtió en uno de los preferidos por todos en la selección, ex jugadores y entrenadores no se cansan de elogiarlo en cada entrevista donde son consultados por el presente de la celeste y blanca. Sus compañeros y el actual cuerpo técnico lo tienen como engranaje fundamental en el funcionamiento del equipo, que lo extraña cuando no juega.
En base a condiciones técnicas, habilidad, sacrificio y olfato goleador, el pibe que salió del barrio Stone supo ganarse el respeto y la admiración del mundo futbolístico. No tiene techo y disfruta el mejor momento de su carrera, lo que cualquier futbolero sueña desde chico.