Por MARCOS B. FEDERMAN
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Escobar Artes y Oficios es una organización cuya misión pasa por promover el arte, la cultura y el trabajo. En poco tiempo crecieron mucho. Hace menos de dos años tenían sus primeras reuniones, soñaban con mejorar su barrio y transformar la vida de su comunidad. Sus sueños de antaño son proyectos en marcha del presente. Han celebrado carnavales, peñas y otros encuentros, al tiempo que llevan adelante talleres de carpintería, electricidad, tallado, circo y más.
Brenda Vallier es una de las precursoras del grupo. Muralista de bajo perfil pero siempre dispuesta a dar lo suyo en eventos culturales, recuerda los inicios del espacio que hoy los cobija. “Mi abuelo quería un lugar abierto a todos, para lo social, lo cultural y lo deportivo”. La determinación y empuje de esta treintañera no son casualidad. Su abuelo y su tío-abuelo, Pedro y Fernando, estuvieron entre los fundadores de lo que hoy se conoce como Club Villa Vallier.
Historia de libertad
Hay noches, encuentros o reuniones de tal intensidad que se recuerdan por mucho tiempo. Son famosas las tertulias en la casa de Vieytes, donde muchos próceres de la Patria se juntaban y terminaron de dar forma a la futura Revolución de Mayo. Aquellos hombres y mujeres lograron un espacio de libertad tan grande como nuestro país. En menor medida, toda creación de un espacio libre e independiente es un acto revolucionario, salvando, claro está, las distancias.
Escobar – 1953 – Almacén de Don Pedro Vallier: personajes emprendedores y entusiastas como Gaitán, Gnemmi, Blanco, los hermanos Vallier y otros debatían y germinaban la creación de lo que sería la Sociedad de Fomento Cultural y Deportiva Villa Vallier.
Poco tiempo después, las tierras fueron donadas por Pedro y Fernando. El perímetro se marcó con bolsas de arpillera. Nació así la primera canchita de fútbol, deporte que dio contenido y legitimidad al proyecto, manteniendo vivo el espacio, asegurando la concurrencia y el interés de los vecinos.
El grupo creció y el barrio apoyó. Las paredes fueron entonces “levantadas por muchas manos solidarias que colocaron ladrillo por ladrillo. La gente mayor recuerda los bailes y las famosas comidas preparadas por ‘el Ñato’ en ‘El Rancho de Don Pedro’, que eran pasadas a la Fomento por un hueco hecho en la pared lindera”, rememoran hoy en las reuniones de Escobar Artes y Oficios, que se celebran en ese mismo lugar.
De la bailanta a la esperanza
Aquellos sueños de integración sin fines de lucro se vieron enturbiados por intereses mezquinos durante un tiempo. Aparecieron las bailantas, corrió el alcohol y los sueños de los fundadores quedaron heridos, pero no de muerte.
Brenda Vallier, Lorena Brola, María Eugenia Conradi, “La Tota” y varios más tomaron conciencia y la transformaron en responsabilidad. Formaron así Escobar Artes y Oficios, una organización sana, creadora, voluntariosa, alegre y enérgica, que progresivamente revitalizó los valores de aquella tertulia del ‘53. Con otras personas, ideas similares se hicieron verbo.
La Sociedad de Fomento, Cultural y Deportiva Villa Vallier tomó aire y se rejuveneció con los sueños y la acción contagiosa que proyecta crear una biblioteca y un instituto educativo. Son grandes objetivos, pero no hay dudas. Como dice uno de sus lemas: “Juntos Podemos”.
Parte del todo
Escobar Artes y Oficios forma parte del Movimiento de Cultura Libre (MOCULI), un espacio de articulación entre bibliotecas y organizaciones culturales del partido de Escobar. En la actualidad, el objetivo principal del MOCULI es introducir modificaciones a un proyecto de ordenanza que establecerá las condiciones de uso del espacio público.