Por CIRO D. YACUZZI
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Relegadísimo a un segundo plano por asuntos de mayores intereses para los medios masivos, el ex subcomisario Luis Patti vive sus días más inciertos y se encamina a un juicio oral que podría extender su permanencia en prisión si se comprueba que participó en crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar.
El dos veces intendente de Escobar no tuvo un agosto fácil. En los primeros días del mes, el Tribunal Federal Oral Nº 1 de San Martín decidió que estaba en condiciones de abandonar las comodidades del sanatorio Fleni y continuar su prisión preventiva tras las rejas. Pero ahora no en Marcos Paz sino en Villa Devoto. La reacción de su familia no se hizo esperar.
Junto a los abogados Silvio Duarte y Alfredo Bisordi, la escribana Elizabeth Ferraro Mansur se mostró angustiada en una conferencia de prensa: “Están sentenciando a muerte a mi esposo”, disparó contra los jueces tras argumentar que Patti necesita asistencia permanente y una rehabilitación de 40 meses a causa del accidente cerebro vascular que sufrió en febrero de este año.
“La vida de mi marido es imposible hoy en una cárcel común, por lo menos hasta que se restablezca. Y yo no voy a quedarme callada llevándole la manija del féretro”, expresó la mujer, que insistió: “Si lo quieren condenar tiene que llegar vivo, así lo van a matar”.
Dos semanas después, el mismo juzgado, conformado por los magistrados Lucila Larrandart, Marta Milloc y Horacio Sagretti, aceptó una serie de planteos presentados por la defensa y dispuso la reinternación de Patti en el centro de rehabilitación de Loma Verde que, casualmente, se inauguró durante el segundo mandato en la Intendencia del afamado ex policía.
La fecha de inicio del juicio oral y público, entretanto, se reprogramó del 30 de agosto al 27 de septiembre. Aunque aún no está totalmente definido, lo más probable es que el proceso se realice en un gran salón emplazado en la ruta 8 y el Camino de Cintura, que será alquilado especialmente para albergar a toda la gente que se supone querrá presenciar las audiencias.
En el banquillo de los acusados Patti estará acompañado por el último jefe de la dictadura militar, Reynaldo Bignone (1982-1983), los ex generales represores Santiago Riveros, Eduardo Espósito, Fernando Exequiel Verplaetsen y el ex comisario de Escobar Juan Fernando Meneghini.
Todos ellos están detenidos y procesados con prisión preventiva por el secuestro y homicidio de Diego Muñoz Barreto (diputado nacional por la Juventud Peronista de la Tendencia Revolucionaria, afín a la organización armada Montoneros), y Gastón Gonçálvez (padre del bajista del grupo de rock Los Pericos).
También serán juzgados por el secuestro y la aplicación de tormentos contra José Fernández (secretario de Muñiz Barreto) y las desapariciones de Carlos Souto y Guillermo D´Amico.
El escenario del juicio
El juicio oral de Patti se extenderá como mínimo dos meses. Durante ese tiempo desfilará ante el tribunal un centenar de testigos, varios de ellos escobarenses. Entre los testimonios considerados fundamentales por los querellantes están el del hijo de una de las víctimas, quien recientemente recuperó su identidad, Manuel Gonçálves; dos sobrevivientes; el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Eduardo Luis Duhalde, y una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo, María “Chicha” Chorobik de Mariani.
En el juicio oral intervendrán los letrados Ana Oberlín y Pablo Llonto, quienes querellarán en representación de familiares de las víctimas, así como los abogados Alejo Ramos Padilla y Antares Dudiuk por la Secretaría de Derechos Humanos bonaerense. Además, actuará como querellante la Secretaría de Derechos Humanos de La Nación.
Por la fiscalía, la acusación estará a cargo de Marcelo García Berro, Javier De Luca y Juan Murray.
