La escena era dantesca: una mujer intentaba con todas sus fuerzas liberar a su perro de las garras de otro. Estaba caída en la vereda llenando el silencio de un feriado con sus gritos desesperados. Mientras paseaba tranquilamente a su labrador negro por la calle Entre Ríos, en el barrio de La Bota, un rottweiler lo atacó desde abajo del alambre perimetral de una casa. Lo capturó con la mandíbula forcejeando para meterlo hacia adentro del terreno, como si se lo quisiera comer. La milagrosa presencia de un hombre destrabó la situación; con una madera le dio fuertes golpes en la cabeza al agresor hasta que soltó a su presa. El perro atacado quedó gravemente herido.
Cuando los vecinos salieron a ver qué pasaba, reaccionaron con una catarata de insultos contra la dueña de casa. Tiene cuatro rottweiler entrenados para matar, muchos agujeros en el alambrado y pocas medidas de seguridad. Quienes viven en la misma cuadra aseguran que no es la primera vez que hay problemas con esos perros, que se hicieron varias denuncias pero que nadie se hizo cargo. Ni siquiera cuando una de esas fieras se escapó, entró a otro vivienda y atacó a una señora mayor.
Acontecimientos como el descrito suceden con más frecuencia de la imaginable, incluso peores. En Escobar hubo varios casos espeluznantes: uno fue en 2002, cuando tres rottweiler atacaron a un nenito de dos años y lo mataron. Fue en su propia casa, frente a los ojos de su madre, dueña de los perros.
Diez años después, en el barrio El Triángulo, de Ingeniero Maschwitz, dos mastines napolitanos le quitaron la vida a un cartero de la empresa Oca cuando se acercó a una casa para hacer una entrega postal. Al llegar la policía se encontró con el cuerpo del hombre mutilado sobre la calle y a los animales custodiando el cadáver como si fuera una presa.
En febrero pasado, en el barrio Villa Saboya de Matheu, dos pitbulls atacaron a su dueña, de 87 años, y también la mataron.
Mayor control
A pesar de la gravedad de los hechos, lo más terrible es que parece no haber ni a quién ni dónde reclamar, sobre todo para evitar futuros ataques. En un intento por, al menos, llevar un control más ordenado de quiénes son los poseedores de animales potencialmente peligrosos, el Concejo Deliberante de Escobar acaba de sancionar una ordenanza que exige censar a los animales domésticos, muy parecida a otra que estaba vigente desde 2012 -ahora derogada- pero nunca fue tomada en cuenta.
La intención es crear una especie de padrón (el Registro Virtual de Mascotas del Partido de Escobar) que sirva para centralizar información sobre los animales domésticos: quiénes son sus dueños para ubicarlos en caso de que se extravíen, controlar si tienen las vacunas al día, si sufren de alguna enfermedad y si cuentan con antecedentes de conductas agresivas.
La ordenanza también obliga a la contratación de un seguro de responsabilidad civil integral. Además, el plan apunta a conocer la efectividad o no de las campañas de castración y a evitar el abandono, ya que si el animal está identificado y se sabe quién es el dueño, es más difícil que se deshaga de él en forma irresponsable.
Para la identificación se adoptaría el sistema de microchip localizado, una cápsula del tamaño de un grano de arroz que un veterinario coloca en el cuerpo del animal, en el lomo, la nuca o detrás de la oreja, y cuya información queda archivada en el Registro.
Pocos resultados
La iniciativa no es novedosa. De hecho, en la provincia de Buenos Aires existe la ley 14.107 que dice que los perros peligrosos deben llevar un chip. En la lista se mencionan razas como american staffordshire, bullmastif, bull terrier, doberman, dogo argentino, fila brasileño, gran perro japonés, mastín napolitano, pit bull terrier y pastor alemán.
Básicamente tiene que ver con el tipo de mordida, el tamaño y la fuerza que poseen. El tema del carácter es subjetivo y más que nada está relacionado con el adiestramiento que recibieron o no.
El sistema de identificación ya se ha puesto en práctica en un sinfín de lugares, de aquí y del mundo. Aunque las experiencias no fueron especialmente positivas. Durante la última década en muchas provincias y ciudades del país se habló de crear registros para identificar a las mascotas. En varios sitios entró en vigencia, como en Tucumán, Ushuaia y El Calafate.
En 2015, Cristina Kirchner anunció el plan RUTRA (Registro Único de Tenedores Responsables de Animales), que apuntaba a censar a las mascotas que habitan en todo el país. “Vas a tener que ponerles la chapita a tu perro y a tu gato”, expresaba la ex presidenta por cadena nacional. Sin embargo, el plan nunca se llevó a cabo y la idea de la chapita quedó obsoleta.
En Uruguay la iniciativa se puso en marcha en septiembre de 2017: luego de tres meses de campaña, solo el 0.11% de la población canina había sido registrada, por lo que significó un gran fracaso. En Europa existe la Europetnet, un grupo de asociaciones que comparten los registros de identificación de todos los animales de compañía que tengan el microchip implantado. De esta manera, el control sobre las mascotas es mayor, pero está muy lejos de ser el deseado.
Con o sin registro, la recomendación más válida que dan los especialistas es la de usar el sentido común y la responsabilidad: si un perro es peligroso, debe estar en un canil y bien cuidado para que no sea violento. Y siempre, siempre, sacarlo a pasear con correa y bozal.
CARLOS FANGIO
“Definitivamente es un paso adelante”
“Definitivamente es un paso adelante y la ordenanza será un gran aporte. Lo más importante es ver cuánta gente finalmente se inscribe, porque no deja de ser una responsabilidad de cada dueño de mascota. El tema del chip para las razas de perros potencialmente peligrosas sería de vital importancia para que se le pueda hacer un seguimiento a su conducta. Pero habrá que ver, porque esto tiene un costo y ahí está el mayor freno. Por otro lado, sería ideal que quienes no cumplan sean multados. Hay países donde los dueños de perros de gran tamaño tienen que hacer hasta un test psicofísico para asegurarse de que el animal está en manos de alguien que pueda dominarlo. De todas maneras, esto no es algo que evite ataques, lo único que puede hacerlo es una buena educación sanitaria, la denuncia de mordeduras y ataques, la vacunación antirrábica y el control de perros callejeros”.
* Veterinario de Maschwitz y miembro del Círculo de Veterinarios del partido de Escobar.
DANIEL SALABERRY
“Esta ordenanza es insustancial”
“Estoy de acuerdo con la instalación de chips en los perros, pero no llevada a cabo de esta manera. Creo que esta ordenanza, básicamente, fue mal hecha, rápido, es insustancial y está incompleta. Tendrían que haber estado más informados al momento de confeccionarla. Si lo hicieron para un fin recaudatorio, no sirve. Tampoco se sabe exactamente qué entidad lo va a regentar ni cómo tienen que actuar los criaderos, por ejemplo. Me parece que hay cuestiones mucho más importantes para tener en cuenta, como saber si un perro de la calle está castrado o no, la ley de Pirotecnia Cero y otras realidades”.
* Presidente de la ONG AYUDA (Asistencia y Unidad en Defensa del Animal).