Cuatro futbolistas oriundos del distrito serán protagonistas del próximo torneo local: Bruno y Franco Zuculini, Ariel Rojas y Raúl Bobadilla. Todos compitieron en el exterior y hoy el fútbol argentino los vuelve a juntar.

El arranque de la Superliga tendrá múltiples atractivos para los amantes del deporte pasión de multitudes, después de un decepcionante Mundial de Rusia que despertó rápidamente la avidez de ver fútbol doméstico.

Con altas y bajas, transferencias de figuras, nuevos entrenadores y esperanzas renovadas, los escobarenses tendrán un especial interés por cuatro equipos: Argentinos Juniors, Colón de Santa Fe, River Plate y San Lorenzo (por orden alfabético, para no herir susceptibilidades), que contarán en sus planteles con jugadores nacidos y/o criados en el distrito, todos ellos con distintas experiencias internacionales.

Algunos se fueron como ignotos desconocidos, otros como promesas que no terminaron de explotar y uno de ellos después de haber ganado todo en su anterior club. Todos se destacaron, mostraron muy buenas condiciones e hicieron flamear en el exterior la bandera del deporte de Escobar. Son espejos de los más pibes, los que hoy sueñan con llegar, como lo hicieron los protagonistas de esta nota alguna vez.

Promesa de goles

Raúl Bobadilla (31) nació en Formosa. De chiquito se instaló junto a su familia en Garín y se formó futbolísticamente en Tigre, donde hizo inferiores. Pasó fugazmente por Boca, una filial de Lanús y después por Defensores de Belgrano. Allí conoció a Jorge Gordillo. El ex defensor le consiguió una prueba en River y quedó. Pero no llegó a debutar en primera, porque en 2006 lo vinieron a buscar de Suiza: el Concordia Basel se lo llevó y allí comenzó su carrera europea.

Ariel Holan lo pidió para Independiente en enero, pero las negociaciones no prosperaron y el “Tanque” siguió en el fútbol teutón, hasta que Argentinos Juniors hizo todo para traerlo en este mercado de invierno y lo consiguió.

En su presentación, el delantero -nacionalizado paraguayo- comentó su felicidad por volver y el por qué de su elección: “Vine porque Argentinos es un grande, ya había dicho en una entrevista de 2015 que quería retirarme acá, porque mi mejor amigo es fanático del Bicho y se lo había prometido. Es el semillero del mundo y una institución que quiere progresar. Además, viví mucho tiempo fuera del país y quería estar otra vez cerca de la familia”.

Para quienes no lo conocen, Bobadilla se definió como un jugador “robusto, un delantero que va por todo el frente de ataque. Me gusta hacer goles y por el esquema que usa el DT (Alfredo Berti) voy a encajar bien”, expresó, convencido de su potencial. Además, elogió a sus compañeros: “Tenemos jugadores para atacar por afuera que son muy rápidos. Esperaba jugar con Lucas (Barrios), pero tomó la decisión de irse y no se dará”, se lamentó el “Tanque”, que ya se alinea para romper redes en el fútbol argentino.

Calidad y buen pie

Oriundo del barrio Baldi de Garín, donde vive su familia, Ariel Rojas (32) busca una nueva chance en un grande del país. El volante mixto tuvo su pico de rendimiento en el River multicampeón 2014/15, aunque no llegó a jugar la final de la Libertadores por haberse ido libre al Cruz Azul de México. El año pasado volvió al Millonario, pero no fue el mismo, se lesionó y Marcelo Gallardo casi no lo tuvo en cuenta. Solo jugó un partido entero.

San Lorenzo fue el club que más lo buscó y rápidamente se hizo de sus servicios. El “Chino” debutó con la casaca azulgrana en un partido de Copa Argentina frente a Racing de Córdoba que el Ciclón ganó 1-0. “Me sentí bien. Me falta ritmo de fútbol, pero la única manera de lograrlo es así, sumando minutos”, declaró el zurdo. A la semana siguiente Claudio Biaggio volvió a darle rodaje en el 1-2 ante Deportes Temuco por la Libertadores.

“Mis expectativas son altas, ojalá podamos formar un gran equipo y con un buen funcionamiento para pelear por cosas importantes. Sé muy bien que vengo a un club grande y es una linda responsabilidad, un nuevo desafío”, afirmó tras firmar el contrato.

Un mediocampista de jerarquía y precisión que puede ser clave en el andamiaje azulgrana.

Nivel europeo

Comprado por el poderoso Manchester City hace cuatro años tras ser figura en Racing, Bruno Zuculini (25) ya cambió de equipo nueve veces. Jugó en las ligas de Inglaterra, España, Grecia e Italia, pero pareciera que nunca dio con el lugar indicado para desplegar su mejor versión. De gran técnica, ordenado tácticamente y con gol, más allá de su función de recuperador, Gallardo lo pidió y River se lo compró al Verona.

Reconoce que le costó adaptarse del Calcio a la Superliga local, por la diferencia de planteos y de juego. “Cuando me llamaron me sentía preparado para el desafío, pero no fue fácil adaptarse al mundo River. Yo soy el primer autocrítico con mi nivel. En Italia siempre jugaba al límite porque estaba solo en la mitad de la cancha. No sé si más o menos, pero ahora corro mejor que antes”, confesó. Leonardo Ponzio es su gran referente: “Lo observo siempre, él ganó todo”, sostiene.

El volante central, nacido en Belén de Escobar, contó que su deseo es “ganar la Copa Libertadores. Quiero salir campeón, no me importa que el rival sea Boca o cualquiera”, aseguró.

Con talento y una gran profesionalidad, el menor de los “Zucu” quiere que River sea su lugar en el mundo.

Garra y corazón

Del cuartero de oro escobarense, el caso más sufrido es, sin dudas, el de Franco Zuculini (27). Después de romperla en sus inicios de Racing se fue muy joven al fútbol alemán, donde jugó poco y nada en el Hoffenheim. Caracterizado por su garra, sacrificio y actitud, tuvo mucha mala suerte con las lesiones: se rompió los ligamentos cruzados de su rodilla derecha tres veces (2013, 2015 y 2017), algo que lo condicionó demasiado.

Así y todo, logró recuperarse. Y tras jugar en el Hellas Verona decidió retornar al país: firmó con Colón de Santa Fe por un año, con opción de compra.

“Estoy muy contento por esta nueva experiencia. Físicamente estoy perfecto, pude superar mi pasado de lesiones y solo me queda ponerme los botines y arrancar en lo futbolístico. Me contaron que el grupo de Colón es muy sano, que sabe muy bien a lo que juega y cuál es la idea del DT”, dijo en su presentación “sabalera”, feliz por haber superado con éxito la revisión médica.

Polifuncional, afirmó que juega donde le pidan, sin problemas de perfil. “Estuve en todos los puestos del mediocampo, por derecha, izquierda y de volante central, así que no tendré inconvenientes en jugar donde sea. Me llevará un tiempo la adaptación, porque vengo de un fútbol muy táctico. Acá es un poco más desordenado, pero eso lo hace muy lindo”, señaló.

Eduardo Domínguez lo pidió especialmente e insistió por él. De no sufrir más problemas físicos, será un refuerzo de lujo para el equipo santafesino. Y ya imagina volver a cruzarse en una cancha con su hermano, con quien compartió el ascenso en Verona y se enfrentó en un Racing-Arsenal: “Seguramente apostaremos algo”, adelantó, sonriente y expectante por esta nueva posibilidad.

NICOLÁS GONZÁLEZ, EL PIBE RÉCORD

Del barrio Stone a Alemania

Así como Raúl Bobadilla y Franco Zuculini regresaron al país después de varias temporadas en Europa, hay un escobarense que en este mercado de pases hizo el camino inverso y emigró al Viejo Continente. A un año de haber convertido el gol del ascenso de Argentinos Juniors, Nicolás González (20) se convirtió en la transferencia récord del club de La Paternal: el poderoso Stuttgart de Alemania pagó por él 8,5 millones de euros, superando la venta de Diego Maradona a Boca, en 1981.

Criado en el barrio Stone, González se inició en Sportivo Escobar, pasó por Club Belén y a los 8 años ya había llegado al Bicho, donde hizo inferiores hasta llegar a consagrarse en primera. Jugó 46 encuentros, marcó 11 goles y se destacó por su velocidad para moverse por la franja izquierda, así como su peligrosidad y facilidad para convertir, aunque no es un goleador de raza. Debutó en 2016, con Gabriel Heinze como DT -en la B Nacional- y después fue entrenado por Alfredo Berti, en la Superliga.

Su llegada a Alemania, donde tiene como compañeros a Santiago Ascacibar (ex Estudiantes) y Emiliano Insúa (ex Boca), fue por demás auspiciosa: en su debut, ante Illertissen (3-3), convirtió dos tantos en 11 minutos, y en su tercer partido (1 a 1 con Sandhausen) clavó un golazo de chilena.
Enorme futuro y capacidad de gol. ¿Delantero con futuro de Selección?

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