Por CIRO D. YACUZZI
cyacuzzi@dia32.com.ar
Que octubre sea el mes aniversario del partido de Escobar sirvió como excusa perfecta para convocar en una misma mesa a cuatro jóvenes con la idea de hablar del distrito donde viven y militan políticamente, en espacios claramente distintos.
Los invitados a esta entrevista de DIA 32 fueron Leandro Costa (25), hijo del senador provincial Roberto Costa y afiliado a la UCR desde los 18; Juan Martín Manghi (24), que a la misma edad conoció al Partido Obrero en un conflicto hospitalario y se sumó a sus filas; Martín Cardona (28), peronista contagiado por un amigo de Capital en la adolescencia; y Aaron Oclander (31), que en 2008, a partir del conflicto entre el gobierno y el campo, se acercó al local de Libres del Sur que estaba al lado de su taller de arte y desde entonces se incorporó al movimiento.
¿Cómo definen la situación del “Escobar del Cincuentenario”?
Costa: Creo que está muy atrasado con respecto a municipios vecinos, incluso partidos que antes estaban más atrasados que Escobar. Malvinas Argentinas, Campana, Pilar, San Fernando, Tigre, San Isidro, todos están mucho mejor, y podríamos estar como ellos, sin duda. Como ejemplos, en San Isidro tienen instaladas 350 cámaras de seguridad y acá estamos en las primeras 20. En Escobar solo el 6% de la población tiene cloacas y casi el 20% agua corriente, mientras que allá tienen más del 80%. Son todas cosas que hacen a la calidad de vida de la gente.
Manghi: El principal tema que sufre el distrito es la especulación inmobiliaria, con emprendimientos como Ciudad del Lago y donde todas las obras de infraestructura están ligadas a ese proceso y no a resolver los problemas más acuciantes de la gente, como las que firmó recientemente el intendente Guzmán con el ministro De Vido. La situación que se vive en algunos barrios es terriblemente apremiante.
Cardona: Coincido en que hay una carencia muy importante de infraestructura social. Si bien Escobar está creciendo y se han hecho algunas obras, no son suficientes para paliar todos los problemas que existen en los barrios. Eso está más que claro. Ahora, el crecimiento que está teniendo Escobar es totalmente desordenado. Y si bien tiene algunos aciertos, no hay en el gobierno municipal una política de apertura hacia los distintos sectores de la sociedad para empezar a definir cuál es el Escobar que queremos. Por eso digo que el principal problema de Escobar es el desorden y la falta de apertura para la participación de los vecinos. Durante mucho tiempo Escobar se caracterizó por ser un lugar de turismo corto y eso lo estamos perdiendo, así como gran parte de nuestra identidad.
Oclander: Estoy casi en pleno acuerdo con lo que plantea Martín. Se ha perdido la identidad. Nadie sabe qué es la cultura escobarense. Creo que el distrito está creciendo pero de una forma caótica, desordenada y sin tener una visión de hacia dónde vamos. No hay una capacidad de pensar qué Escobar queremos llevar adelante.
Es una locura plantear una playa de estacionamiento en el campito de la estación. Hay que ampliar el casco urbano de Belén de Escobar y empezar a utilizar las calles laterales. Yo vivo acá hace 28 años y las tres calles del centro comercial siguen siendo las mismas. A Campana se lo puede recorrer de punta a punta con un casco urbanizado, con un orden mediano, mientras que acá estamos plantando torres para 500 ó 600 personas sin mejorar las cloacas y las condiciones mínimas de vida. ¿Qué va a pasar el día que se inauguren todas las torres que se están haciendo? ¿Qué infraestructura contiene todo ese crecimiento demográfico? En toda la costa norte del Paraná, la de Escobar es la parte más atrasada que hay, no se puede usar para nada. Creo que hay que sentarse y discutir entre todos, los que tienen representatividad política, social y los que nos ganamos la representatividad en la calle, si estamos buscando un Escobar desarrollado inmobiliariamente y para los sectores más acomodados de la sociedad o un Escobar integral. A esto se suman los problemas sociales históricos que existen en el Conurbano. No hay políticas para mejorar la calidad de vida de los barrios más postergados. Se les ha mejorado la accesibilidad con asfaltos, pero no se resolvió nada más.
¿Es todo negativo o también ven algo favorable en esta etapa de Escobar?
Costa: No, yo creo que de los últimos gobiernos que tuvimos este es el menos malo. Cosas positivas hay, pocas, pero hay. Se pudo aumentar la recaudación y se equilibraron las cuentas del Municipio, que es importante. El tema de los asfaltos es bueno, pero se sabe que no sale de acá sino que viene de Nación, aunque los gestiona el Municipio.
Manghi: Como balance de la gestión de Guzmán se puede ver que hay una hiperactividad por parte del Ejecutivo. Los diferentes gobiernos que pasaron tuvieron dificultades y acá se muestra un gobierno que lleva adelante toda una serie de obras. Sin duda este gobierno ha hecho mucho más que otros, pero es una situación estrictamente coyuntural ligada a los vasos comunicantes que tiene con el kirchnerismo.
Cardona: Hay que reconocer el olfato o la habilidad política de Sandro, que habiendo sido electo por el Paufe decide tomar las riendas del justicialismo, abrazarse a esa bandera y acercarse al gobierno nacional, lo que le permitió gestionar algunas obras que antes no se habían conseguido. Durante la presidencia de Néstor Kirchner, con el intendente anterior no llegó nada. Y eso habla de que Sandro ha tenido la grandeza de acercarse y traerle ciertas soluciones al pueblo de Escobar.
Oclander: Reconocería esa intuición que tuvo de acercarse al gobierno nacional para conseguir cierto tipo de obras. Pero de esta gestión no reconocería nada más.
Saliendo del círculo político, ¿cómo ven a la sociedad escobarense en su conjunto? ¿Atomizada, con ganas de participar o desmovilizada?
Manghi: Hay un cambio sustancial en el nivel de participación y hasta de movilización que se vivió en los últimos tiempos. Las organizaciones ambientales están dando una lucha muy importante, los estudiantes también están haciendo una experiencia muy importante con el reclamo del edificio del CBC, hay un proceso de organización en los centros de estudiantes de escuelas secundarias, lo mismo ocurre con los docentes. Hay un proceso de movimiento. Creo que la actitud social del pueblo de Escobar se está modificando para bien, participando más.
Oclander: Lo que yo veo es que hay una voluntad del escobarense de buscar cierta organización. Estamos empezando por lo que más nos toca, lo que más cercano a nosotros pasa, como los pibes que tienen problemas de infraestructura escolar y se empiezan a nuclear en centros de estudiantes, o los vecinos preocupados por cierta modificación en su entorno. Creo que estamos dando un paso adelante para llevar debates más profundos de cómo cambiar la sociedad. Hay señales de una repolitización de la sociedad después de 35 años donde se intentó arrasar con cualquier tipo de ideología. La gente tiene voluntad de reorganizarse, tal vez le falta encontrar el núcleo, y en eso todas las organizaciones políticas y sociales tenemos que hacer una autocrítica, para ver cómo abordamos a esta nueva sociedad.
Cardona: Es cierto que hay una revalorización de la discusión política, que se ha dado a nivel nacional y a la que Escobar no está ajeno. La participación estudiantil, sindical, social y política está creciendo y es algo muy valorable. Pero también es cierto que hay sectores medios que no están participando, que siguen haciendo la de los ‘90. Y en eso los que estamos en los partidos políticos tenemos que ser autocríticos y ver cómo hacemos para invitarlos a que participen.
Costa: Yo creo que hay un poco más de interés de la gente, pero me preocupa la indiferencia de la juventud, sobre todo de Escobar. Lo que pasó con el CBC sirvió mucho, conozco menores de 18 años que se interesaron porque les va a tocar estudiar ahí. Igual, hay que convencer a la juventud de que la política no es una mala palabra y que se puede construir algo nuevo y distinto.
¿Qué obstáculos encuentran para animar a otros jóvenes a participar en espacios políticos?
Costa: El principal obstáculo es la indiferencia y el desconocimiento absoluto acerca de lo que es la política.
Manghi: Son muchos, empezando por la educación, que se ha derrumbado. El espíritu crítico de la juventud nace a partir de cómo se forma, en qué situación se encuentra su escuela, cuánto ve al docente. Y el cerco mediático que tienen muchas organizaciones son cuestiones que fomentan que el progresivo desinterés haga meya en diferentes sectores de la juventud. Por suerte eso se está empezando a dar vuelta. Nosotros tenemos la firme convicción de que con un debate paciente, charlando con todos los jóvenes y los trabajadores, vamos a poder sortear todos esos obstáculos. Pero forma parte de un proceso de concientización.
Cardona: El neoliberalismo implantó una cultura del consumismo y se fue apoderando de la participación de los ciudadanos, la gente dejó de creer en la política, que en cierto punto se convirtió en un producto donde pesaba más el asesor de marketing y las consultoras que la militancia y la doctrina de un partido. Por suerte hubo toda una masa crítica que resistió a esa colonización cultural y hoy muchos de esos obstáculos ya no los tenemos. Por supuesto que han quedado resabios de la no participación, con De Narváez y gente cantando el “alica, alicate”, que es lo peor que le puede pasar a la Argentina. Ese es el obstáculo que tenemos que derribar, que la gente vuelva a discutir política sin temor.
Oclander: Creo que los dos obstáculos más grandes que hay que atravesar con la juventud son la palabra política y la historia argentina de los últimos 35 años. Pero no creo que la juventud esté totalmente desorganizada o no quiera volver a participar. No creo que todo esté tan perdido ni estoy tan descreído de la juventud. Tenemos que entender cómo son las nuevas militancias y cómo llegarles, porque con temas como el CBC o tener un lugar para tocar los pibes se acercaron.
¿Sienten que el Concejo Deliberante, con su actual composición, es representativo de la voluntad de los escobarenses o hay una especie de crisis de representación?
Costa: Es representativo, porque los veinte concejales llegaron como tienen que llegar. Pero perdieron el mano a mano con la gente, incluso los dos más afines a lo que yo pienso, como Mónica Palazzo y Alejandro Fedeli, por más voluntad que le pongan. Antes había un contacto directo que ya no hay. Ahí es donde se produce el error en la representatividad.
Cardona: Dentro del Concejo hay una varieté cultural, con tipos que llegaron por su militancia y representatividad y otros que fueron colgados de las listas. Hay distintas expresiones pero hay que agregarles valor, con tipos que tengan militancia y compromiso, que sean verdaderos representantes de los intereses del pueblo. Puedo destacar el caso de Javier Pérez, que les abrió las puertas a los chicos de la UBA para charlar. Como él hay más concejales que hacen este tipo de cosas, y otros que solo van al Concejo a la hora de la votación, levantan la mano automáticamente, en muchos casos sin saber lo que se está tratando, suben al auto y se van corriendo.
Manghi: El Concejo Deliberante de hoy es ajeno a los intereses populares. Votó por unanimidad un plan de reordenamiento urbano a la medida de la patria contratista e inmobiliaria, donde no se tocaron los problemas más acuciantes del pueblo de Escobar. Hay que empezar una campaña para que haya una voz independiente que ponga esa banca al servicio de las reivindicaciones del trabajador de Escobar.
Oclander: Creo que hoy los concejales responden a intereses de aparatos políticos electorales, no hay una representación ciudadana en el Concejo Deliberante. En eso soy taxativo.
Dentro de 20 años ustedes van a ser la generación gravitante en el distrito, ¿cómo lo imaginan para ese entonces?
Costa: Es una cuestión de esperanza y espero que esté mejor, pero depende de muchos factores. Entre ellos, cómo trabajemos nosotros con los jóvenes. Una juventud indiferente no va a hacer un partido de Escobar diferente.
Manghi: El destino del distrito va a depender del grado de participación popular que haya para resolver los problemas. Si los que vienen gobernando siguen en el poder, creo que el conjunto del pueblo de Escobar va a tener un futuro de regresión. Si la participación popular toma en sus manos la resolución de sus reivindicaciones, nos espera un gran futuro, como distrito, como provincia y como país. Esa es la clave de todo.
Oclander: Con una reforma política que lleva a acentuar el bipartidismo no tengo el mejor panorama del Escobar que vamos a tener, teniendo en cuenta que los aparatos del PJ y de la UCR vienen instalados hace muchísimo tiempo en el territorio. No veo una solución. Lo que sí quiero, y por lo que milito, es cambiar toda esta realidad, por hacer un Escobar amplio, íntegro. Pero depende de la participación de todos.
Cardona: Yo puedo dar una expresión de deseo. Me gustaría que Escobar que tenga centros culturales y polideportivos en todos los barrios, fábricas a las que el obrero vaya a trabajar tranquilo y participando en las ganancias de las empresas, donde no se pierdan los espacios públicos ni la identidad cultural. Un Escobar que tenga una Fiesta de la Flor que explote, y no lo que tenemos hoy. Un Escobar de pie, con gente sonriendo. Disfrutar de recitales y obras de teatro en una plaza tomando mate con mi mujer y con mi hija. Quiero pasear por ferias artesanales, en un lugar más limpio, más ordenando, con un intendente parado en la puerta atendiendo a los vecinos y no encerrado en su despacho. Quiero un montón de jóvenes pateándole la puerta al intendente para que no se quede dormido. Y quiero participar de los movimientos que construyan este Escobar. Creo que si cada uno se organiza con su impronta y sus ideologías es algo que puede pasar, sin perjuicio de a quien le toque estar en los cargos municipales.
Destinos en común
MANGHI: Nació en Capital. Cuanto tenía 4 años, su familia se mudó a Maquinista Savio. Ahora vive en Belén de Escobar.
COSTA: Nació en Campana. “Pero fue circunstancial, a los dos días ya estaba acá”, aclara.
CARDONA: Cuando tenía 4 años, su familia se radicó en Matheu.
OCLANDER: Vive en Escobar desde los 3 años. Nació en Córdoba.