Del 31 de enero al 2 de febrero, en Mar del Plata, la Selección Argentina se medirá frente a Italia por la primera ronda eliminatoria del Grupo Mundial de la Copa Davis. El escenario de este cruce será el patinódromo municipal “Adalberto Lugea”, donde se construyó especialmente una cancha de polvo de ladrillo cuya realización estuvo a cargo de una empresa escobarense: Urbano Tennis.
La ejecución completa de la obra se hizo en tiempo record -apenas una semana- y desde los últimos días de diciembre se realizaron en la flamante superficie torneos con tenistas locales y profesionales para asentar el suelo y dejarla en óptimas condiciones para la serie con Italia.
El desarrollo del proyecto no estuvo exento de dificultades y cambios de planes, ya que la idea original era hacer la cancha sobre la pista, “pero como estaba este-oeste, que es imposible jugar, hubo que hacerla norte-sur”, explicó el encargado de la obra, Raúl Urbano.
El experto en polvo ladrillo y responsable del montaje de la cancha detalló la ardua secuencia de los trabajos: “En la primera etapa tuvimos que hacer un entoscado muy grande para poder llevarlo a la altura del piso de la pista. Después se niveló toda la cancha y se cargaron los ladrillos nuevos bayo picado, que es la base de la cancha. A partir de ahí empezamos con el sistema de riego de compactación y le pasamos el rodillo todas las veces que fue necesario hasta que tome firmeza”.
“Una vez firme, fuimos colocando las otras capas de piedras más finas hasta lograr la consistencia que necesitamos. Finalmente, pusimos arriba el polvo de ladrillo, que es con el cual se terminó la cancha”, contó el empresario escobarense, otrora concejal radical y candidato a intendente en 1999. De los trabajos participaron una decena de operarios de la firma.
“Si bien el sistema constructivo es el mismo, hemos hecho el mejor piso que tenemos para presentar al mundo, porque lo van a estar viendo de todos lados”, concluyó Urbano, con la responsabilidad y la felicidad de haber realizado una de las obras más importantes de su vida, todo un logro para una empresa señera de Loma Verde, con 35 años de actividad y más de 500 canchas con su sello (entre ellas, las primeras cuatro auxiliares del Buenos Aires Lawn Tennis Club y otras 14 en el complejo Pilará, de Gabriela Sabatini), que afianza su liderazgo en el mercado argentino.