Loma Verde es un lugar donde la naturaleza se impone. Lo refleja muy bien su escudo: un sol radiante, césped, flores, un arroyo, un caballo y un árbol que los envuelve con sus ramas. Uno de los espacios que posee varios elementos de este paisaje está sobre la Colectora Oeste, a la altura del kilómetro 56 de la autopista, pero tiene los días contados.
Se trata de un predio de unas ocho hectáreas, habitado por más de cien eucaliptus y decenas de otras especies nativas y exóticas -algunas muy añejas-, que conforma un triángulo entre las calles Leguizamo y Old Man. Su parte trasera da al ingreso al Club Privado Loma Verde, el más antiguo de la localidad, fundado en 1975, que tiene una superficie de 64 hectáreas.
Es un paisaje encantador, con ribetes de bosque y casi único a la vera de la Panamericana en el trayecto que atraviesa el partido de Escobar, que simboliza parte de la esencia original de Loma Verde, además de ser un valioso activo ambiental.
Sin embargo, este pulmón verde está en peligro de extinción. O al menos dejará de ser lo que fue durante tanto tiempo para convertirse en un complejo de 180 departamentos de tres ambientes, que se construirán a través del programa nacional Procrear II.
Ante el inminente inicio de las obras, un grupo de vecinos autoconvocados inició una fuerte campaña en contra de la deforestación y reclamando que el proyecto sea relocalizado, bajo la consigna “Loma Verde, te queremos verde”. Desde el Municipio, en tanto, negaron que se vaya a realizar una tala indiscriminada y aseguraron que por cada árbol que se retire se plantarán diez. Además, acusaron de “hipócritas” a quienes cuestionan la iniciativa.
La característica serenidad de Loma Verde se vio alterada en las últimas semanas por este conflicto, que dejó abierto un dilema escobarense existencial: preservar o habitar.
Acceso a la vivienda
La construcción de estos 180 departamentos en Loma Verde es un proyecto impulsado por el Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat de la Nación, a cargo de Jorge Ferraresi, a través del programa Procrear II. Es una política que fomenta el acceso a la vivienda, atendiendo al déficit habitacional existente en el país y que también es muy alto en el partido de Escobar.
El anuncio oficial de esta iniciativa fue el 20 de octubre de 2022, cuando el Municipio dio a conocer el llamado a licitación de la obra. En ese momento nadie puso el grito en el cielo ni advirtió que el emprendimiento implicaría la pérdida de la abundante arboleda existente en el predio donde se llevaría a cabo.
Esa fracción de tierra perteneció a la Dirección Nacional de Vialidad. De hecho, la única construcción que hay en ella es la vivienda del sereno y su familia. También hay una torre-antena de telecomunicaciones. Meses atrás, la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) transfirió el inmueble al fondo fiduciario público Procrear.
El futuro desarrollo urbanístico contempla departamentos de tres ambientes con todos los servicios, incluyendo cocheras, distribuidos en quince módulos de tres plantas. El plazo convenido para la ejecución completa es de 14 meses.
La inscripción al programa todavía no está abierta, pero llegado el momento los interesados deberán tener domicilio en el partido de Escobar, demostrar ingresos formales y no contar con antecedentes financieros desfavorables, entre otros requisitos.
Por lo general, esta política facilita el acceso al crédito hipotecario a tasa cero y con un plazo máximo de 30 años, con actualización mediante la fórmula Casa Propia. Este coeficiente tiene en cuenta el menor indicador entre el promedio de la variación salarial del último año y el promedio de la inflación del mismo período.
El futuro desarrollo urbanístico contempla 180 departamentos de tres ambientes con todos los servicios, incluyendo cocheras, distribuidos en quince módulos de tres plantas.
“Se trata de un proyecto dirigido a trabajadores con ingresos medios, que tienen empleo formal pero no pueden acceder a una vivienda propia debido a los altos valores del mercado inmobiliario”, señaló en aquel momento el intendente interino Carlos Ramil.
Por su parte, el intendente en uso de licencia y actual secretario de Economía del Conocimiento de la Nación, Ariel Sujarchuk, ya en ese entonces pedía a los vecinos “que se queden tranquilos” respecto al impacto ambiental del proyecto: “Las obras contemplan el cuidado de la mayor parte de la arboleda y el respeto por el entorno del predio. Además, van a revalorizar toda la zona”.
“Te quiero verde”
Cuatro meses después de que se anunciara el proyecto, con las obras adjudicadas y por comenzar, un numeroso grupo de vecinos decidió alzar su voz contra la llegada del Procrear II y el riesgo a la tala indiscriminada de los añosos árboles existentes en el predio.
Organizaron varias convocatorias en la esquina de Colectora Oeste y Leguizamo -algunas más concurridas que otras- y realizaron diversas acciones de difusión en las redes sociales. Fue una reacción tardía sobre una decisión muy avanzada, pero que en pocos días logró instalar un fuerte debate público.
Bajo las premisas de “conservar el patrimonio natural y la identidad de Loma Verde” y evitar un “colapso habitacional y urbanístico”, los vecinos también iniciaron un petitorio en la plataforma Change.org. Al cierre de esta nota, contaba con más de 17.000 adhesiones.
“Estamos a favor del progreso de todos. Apoyamos la construcción de viviendas a través de Procrear, pero no en este predio. La población de esta zona es una de las que más ha crecido en los últimos años. Quienes ahí vivimos padecemos frecuentes cortes de electricidad, muchos sólo tienen gas en garrafa, los puentes y calles de acceso a la ruta están colapsadas y muy pocas asfaltadas; en pocos lugares llega el transporte público y lo hace con escasa frecuencia”, señala el texto del petitorio, titulado “Salvemos Loma Verde”.
Otro pasaje cuestiona que “se pretende comenzar a desmalezar y talar sin antes consultar a los vecinos cuáles son nuestras prioridades en el barrio y sin haber hecho las obras de urbanización requeridas para la cantidad de personas que puedan vivir en el barrio que quieren construir”.
“Seamos conscientes de que no sólo son árboles, ahí también viven pájaros. ¡Construyamos nuestras viviendas sin destruir las viviendas y el ecosistema de otros! Sin biodiversidad puede parecer progreso, pero es retroceso”, advierte el petitorio, uno de los más firmados en la popular plataforma online.
Como vía para difundir sus acciones y opiniones, los vecinos también crearon una cuenta en Instagram llamada “Loma Verde, te queremos verde”. En ella plantean “la necesidad de “preservar el bosque de Loma Verde, sus árboles y su ecosistema”. También aluden al Plan Estratégico Territorial 2020/30, elaborado por la actual administración municipal, que postula como objetivo general “garantizar la protección del ambiente natural” pero no anticipaba el desarrollo de este plan de viviendas en Loma Verde, según vecinos que participaron en las mesas de debate.
Réplica oficial
Desde el Municipio afirmaron que en el predio se realizó “un exhaustivo relevamiento donde se identificó la cantidad de árboles, su especie y su estado de conservación”.
“El objetivo fue y es tener bien en claro el panorama del lugar en el que se emplazarán las viviendas para respetar el entorno natural. En algunos casos se realizarán tareas de poda correctiva y, a su vez, se preservará la mayor cantidad posible de árboles que hay en el predio”, se informó en un comunicado de prensa emitido el miércoles 15, cuando el conflicto recién empezaba a escalar.
Del mismo modo, las autoridades se comprometieron a que “en caso de ser necesario retirar algún ejemplar, se lo reemplazará por diez ejemplares de árboles nativos”.
Pero la respuesta oficial no quedó en eso, sino que fue más allá al desafiar a quienes se oponen a esta iniciativa. “Nos preguntamos si los que critican no tienen problemas en talar sus árboles para emprendimientos privados. No defienden árboles, atacan el desarrollo de Escobar, siendo cómplices de la usurpación de lotes y de calles”, arremetió el texto oficial.
Ese párrafo fue un claro tiro por elevación al Club Privado Loma Verde, donde viven muchos de los vecinos que se manifestaron, aunque no todos. La contraofensiva del Municipio apuntó hacia ellos todos los cañones. De hecho, señalaron que un sector del predio afectado al Procrear II “está siendo usufructuado sin ningún tipo de habilitación” por ese country “para alojar caballos”.
Los vecinos también iniciaron un petitorio en la plataforma Change.org. Al cierre de esta nota, contaba con más de 17.000 adhesiones.
Las autoridades también denunciaron que en el inmueble que los vecinos exigen preservar hay “una obra irregular del desagüe de cloacas de la planta de tratamiento de ese barrio”.
El nivel de confrontación aumentó con el correr de los días. A tal punto que Ramil dejó de lado su habitual moderación para salir con los tapones de punta: “Quienes critican este emprendimiento para construir soluciones habitacionales no defienden árboles, defienden sus propios intereses”, expresó desde sus redes sociales.
“Basta de hipocresía. Nadie se puede apropiar de un lugar que no le pertenece ni negar el derecho a la vivienda. La Municipalidad no solo se preocupa porque Loma Verde siga verde: gestionamos para que todo el partido se desarrolle de manera sostenible. Nos negamos a tener que elegir entre soluciones habitacionales y cuidado del ambiente. Elegimos ambas”, concluyó el jefe comunal interino, con decibeles inusualmente elevados.
Preguntas y respuestas
Más allá del reclamo por la preservación de la añosa arboleda existente, otro de los planteos de los vecinos es sobre el impacto que tendrá en materia vial la creación de este barrio de 180 departamentos. En la actualidad, el puente del kilómetro 54,500 colapsa en las horas pico y no hay una sola alternativa para salir de la autopista o acceder a ella.
Desde la Secretaría de Planificación e Infraestructura del Municipio, ante la consulta de DIA 32, dijeron que se iniciarán gestiones ante la Dirección Nacional de Vialidad para habilitar rampas de ascenso y descenso de la Panamericana. “Creemos que es algo se va a dar”, confiaron.
También señalaron que el problema vial “en esa zona específica” no sería el nuevo complejo del Procrear II sino que es “una combinación” entre la cantidad de autos que entran y salen del Club Privado Loma Verde -“en algunos casos, hay dos autos por casa”, puntualizaron- y el colegio bilingüe que está enfrente, “en el que cientos de autos llegan y salen cuatro veces por día, a la misma hora”.
Sobre la provisión de los servicios sanitarios, se proyecta que el nuevo emprendimiento contará con una planta propia de tratamiento de líquidos cloacales. Para tener agua de red, en cambio, debería esperar a que llegue a Loma Verde el tendido de AySA, algo que por ahora no está en los planes más inmediatos de la empresa.
Ramil: “Quienes critican este emprendimiento para construir soluciones habitacionales no defienden árboles, defienden sus propios intereses”.
A preguntas como estas respondieron el lunes 27 funcionarios técnicos del Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat de la Nación, en el marco de una charla informativa que se llevó a cabo en el auditorio de la Cooperativa Eléctrica y a la que asistieron decenas de vecinos. Por supuesto, no lograron ponerse de acuerdo.
A esta altura, es inevitable hacer una analogía entre este conflicto vecinal y otros ocurridos durante la actual gestión de gobierno, como el de la rezonificación de la ruta 26 o -el más reciente- la construcción de la alcaidía frente al cementerio de Escobar. Incluso, algo similar se dio cuando se proyectó la creación de la UDP en el parque de la estación de Garín, la venta de una parcela fiscal para remodelar la costanera del Paraná o el ya olvidado Programa Escobarense para la Vivienda, que puso en pie de guerra al barrio El Candil. Ese fue el único caso donde el Municipio terminó dando marcha atrás. Quizás también haya sido la excepción que confirma la regla.
LA MITAD SON EUCALIPTUS
Un predio con más de 250 árboles
De acuerdo al relevamiento realizado por la Subsecretaría de Escobar Sostenible y la Dirección de Espacios Verdes, el predio donde se va a desarrollar el proyecto del programa Procrear tiene una superficie de 52.500 metros cuadrados y cuenta con más de 250 árboles de distintas especies, nativas y exóticas.
Más de la mitad (139) son eucaliptus, de los cuales 12 están secos y deberían extraerse. Un dato relevante es que “todos padecen de botrytis; por lo tanto, deberían podarse sus ramas secas y bajar sus copas un 30%”, indicaron desde el Municipio ante la consulta de DIA 32.
También hay 34 fresnos americanos, 32 celtis tala, 17 araucarias, 13 grevilleas, 11 álamos, 10 casuarinas, 3 acacia caven, 3 cedros, 2 cipreses, 2 robles sedosos, un olivo, un pino y un cina cina, según el informe al que tuvo acceso esta revista.