Se llama Bruno Zanacchi, compitió en alto rendimiento y trabaja en el CeNARD. Dos pupilos suyos estuvieron en los Juegos Paralímpicos de París y uno logró medalla de bronce.

Cuando tenía 15 años, Bruno Zanacchi (33) decidió dejar la provincia de Santa Cruz, donde nació y vivió su infancia, para venirse a Buenos Aires. Más precisamente a Belén de Escobar, donde tenía a su tía, Adriana. Ella fue quien le dio techo y comida para que aquel adolescente pueda cumplir su sueño de entrenar en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CeNARD) y seguir su carrera de atleta, lo que siempre deseó.

“Quería mejorar mi preparación, anhelaba eso de chico para poder llegar a lo más alto. Hice el esfuerzo y me mudé, terminé el secundario en la Escuela Media Nº3 y viajaba a Núñez todos los días para prepararme”, relata a DIA 32 el hoy entrenador y guía de atletas ciegos o con problemas de visión. Aunque trabaja en Tigre y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, actualmente vive en Ingeniero Maschwitz.

Zanacchi fue un deportista de alto rendimiento, especialista en las distancias de 200 y 400 metros. Varias veces medallista en torneos nacionales y hasta llegó a competir en Grand Prix sudamericanos.

Hizo el profesorado de Educación Física y en 2013 recibió un llamado del técnico de atletismo de la Federación Argentina de Deportes para Ciegos (FADEC), que le ofreció formar parte de su staff de entrenadores.

Bruno Zanacchi en París
Experiencia. Bruno Zanacchi tuvo en París su primera participación en un Juego Paralímpico.

“Ellos lo que buscan es que uno tenga conocimiento como entrenador y también buen nivel físico y rendimiento deportivo, porque tenés que correr junto a los atletas”, explica sobre sus inicios en la actividad, en donde el guía y el competidor están sujetos por una pulsera.

En ese rol, con los años fue sumando presencia en importantes torneos internacionales. Cuenta con tres Parapanamericanos y tres Mundiales. Además, en 2021 pasó a ocupar el lugar de entrenador y encargado en el área de saltos, siempre en el marco del deporte para personas con discapacidad.

Su primer Juego Paralímpico

Para los Juegos Paralímpicos que se desarrollaron entre agosto y septiembre en París, la FADEC logró clasificar cuatro atletas. “Fue algo histórico, nosotros nos dividimos en corredores, saltadores y los que lanzan. En Atenas 2004 había clasificado un solo atleta de pista y esta vez hubo cuatro”, remarca, mostrando el progreso de la actividad.

Fernando Vázquez (24) es un saltador cordobés con discapacidad visual que salió tercero en París, con un registro de 6, 88 metros. Aunque no fue su mejor marca, el pupilo de Zanacchi obtuvo una medalla de bronce.

Por su parte, Trinidad Coppola Molina (23) compitió en dos pruebas en París: 100 metros y salto en largo. En esta última, la atleta no vidente entrerriana, que también entrena con Zanacchi, consiguió un diploma olímpico por su buena actuación.

“Estar en un Juego Paralímpico es algo magnífico, es difícil de describir todo lo que genera. Ojalá esto sea un puntapié para que se vea que el mundo paralímpico también abre puertas. Hace que la sociedad sea más culta en este aspecto y que todos sepan que hay deporte de alto rendimiento en discapacidad”, sostiene el escobarense, convencido de su trabajo.

Guía y entrenador

Bruno Zanacchi también entrena deportistas de alto rendimiento, como el caso del atleta no vidente Alberto Crettón Salas, en la especialidad de 400 metros. Con él viajó a torneos de relevancia: los Parapanamericanos de Toronto 2015 (salió 3º en postas) y Lima 2019 (4º en 400 metros) y el Mundial de Londres (5º en 200 metros), entre otros. Todos muy buenos resultados, con él como guía.

Con el grupo de atletas que tiene a cargo, de lunes a viernes da clases en el CeNARD, de 8 a 11 de la mañana. Además, allí trabaja un equipo de profesionales que hacen una tarea interdisciplinaria. “Es lo que funciona en el mundo, yo solo soy el eslabón final de una cadena de gente que tira toda para el mismo lado”, señala, sobre su rol en la pista.

“Estar en un Juego Paralímpico es algo magnífico. Hace que la sociedad sea más culta en este aspecto y que todos sepan que hay deporte de alto rendimiento en discapacidad”, sostiene.

Sus ocupaciones lo hacen estar bastante tiempo fuera del partido de Escobar, pero asegura que está al tanto de lo bien que se entrena e incluso conoce a profesores de atletismo locales, como Melina Abad, compañera suya en un colegio de Tigre. También admira a Darío Lencina, el histórico arquero de Los Murciélagos. “Es muy lindo ver que a la gente de Escobar le vaya bien y que esté en lo más alto”, asegura. 

Con vistas a lo que viene a nivel internacional, el año próximo tendrá el Mundial de Atletismo en India y ya piensa en ese nuevo desafío, buscando una buena actuación de Vázquez, su corredor. Mientras tanto, continúa preparando deportistas en el club de atletismo que él mismo fundó, seis años atrás, en Parque Sarmiento, de cara a torneos nacionales y sudamericanos. Una vida dedicada al atletismo, formando atletas y saltadores. Buscando mostrarle al mundo que a la hora del deporte las personas con discapacidad tienen algunos obstáculos más, pero las mismas ilusiones que todos.

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