Raúl Lo Nigro (58) conoció Loma Verde en bicicleta, allá por los ‘80. Sus tíos eran los dueños del puesto de diarios y revistas de la terminal de Escobar y un día el repartidor de esa zona renunció. Recién salido del servicio militar, a los 19 años, él se hizo cargo de las suscripciones.
Con lo que cobraba y ahorraba se pudo comprar una moto y después un auto. Conoció a Palmira D’Agostini, se casaron -tienen dos hijos: Denisse y Renzo- y en 1996 se radicó a unas cuadras de la Panamericana, sobre la calle Las Palmeras. Dejó el reparto porque abrió un local de diarios y revistas en la bajada del puente, donde más tarde puso el puesto al borde de la Colectora Oeste.
Corría el año 2005 cuando la crisis de la Cooperativa Eléctrica movilizó a un grupo de vecinos a ponerla de pie y devolverle el prestigio perdido. La comisión que estaba fue destituida y sus compañeros de lista lo proclamaron presidente. Aquella designación lo sorprendió, pero aceptó. Quizás de haber sabido que estaría doce años y contando lo hubiera pensado más, pero no se arrepiente.
“Siempre fui partidario de que haya rotación, pero nadie quiere tomar la posta. Yo ya estoy tan comprometido con la Cooperativa y la quiero tanto que cuando se corta la luz, aunque en mi casa a veces tenga, sufro con la gente. Pero, como en todo, hacen falta nuevas ideas, sangre nueva. Pasa que cuando las cosas andan bien, la gente no se interesa”, explica en el inicio de la entrevista con DIA 32.
Un recordado ministro de Economía decía que “hay que pasar el invierno”. ¿En el caso de la Cooperativa se trata de “pasar el verano”?
El verano nos afecta a todos: el alto consumo, bajan las tensiones de Edenor y empiezan los problemas. Cuando hay un corte y es en el interruptor de Edenor hay que esperar diez o doce horas para que vengan a levantar el interruptor, nada más. En el 90% de los casos cuando ellos vienen ya tenemos el problema solucionado, pero los tiempos de respuesta no dependen de nosotros. La gente tiene que entender que nosotros no generamos, compramos. Dependemos de otro.
¿Cuál es la diferencia en términos económicos y de servicio entre la Cooperativa y una empresa como Edenor? ¿Qué ventaja tiene un usuario de ustedes?
Nosotros aplicamos la misma tarifa de Edenor. Fue una decisión que se tomó en una asamblea, en 2003. La diferencia está en el servicio y en el rol social de la Cooperativa. Edenor no tiene guardia en Escobar. Mi papá trabajaba en SEGBA, se jubiló ahí, y la empresa tenía más de 20 empleados en Escobar, cuando la ciudad era un cuarto de lo que es. Ahora no hay ni uno. Nosotros tenemos tiempos de respuesta rápidos porque los empleados son de la zona, viven todos por acá y tienen pertenencia por el lugar. En el plano social, tenemos una biblioteca y colaboramos con el Municipio, con la escuela, el jardín y la salita.
¿Cómo se explica que Fleni y el Haras Santa María, que están en el área de concesión de ustedes, sean clientes de Edenor? ¿No les tienen confianza?
Fue decisión de ellos. En su momento fue bastante conflictivo, porque nosotros fuimos a la Justicia, en primera instancia logramos un amparo y después se resolvió que optaran y eligieron Edenor. Pero ahora la gente del Haras vino a vernos y quieren pasarse a la Cooperativa porque tienen muchos problemas.
¿Ustedes están en condiciones de darles electricidad?
Sí, pero antes deberíamos hacer un estudio de toda la red subterránea que tienen, porque, según los comentarios, tiene muchos problemas.
El nuevo emprendimiento grande que se está desarrollando es el parque industrial, ¿qué va a pasar ahí?
Nosotros hablamos con el desarrollista, le hicimos la obra y en este momento ellos tienen luz de la Cooperativa. Están en contacto con nuestro ingeniero, él les ha hecho el desarrollo de la red eléctrica interna y va todo bien. Después, Dios dirá.
¿Cómo afectó el tarifazo a la Cooperativa?
En un comienzo nos afectó mucho, porque pasamos de pagar una factura de 700 u 800 mil pesos a otra de 4 millones. Negociamos con Edenor y en los primeros dos meses nos dieron un desahogo para pagar. Después se fueron acortando los plazos hasta que al tercer mes ya era el original. La gente se quejó mucho.
El precio de la electricidad hoy, ¿es más acorde o sigue retrasado?
Sigue retrasado, no tanto, pero sigue así en distribución, porque el aumento más grande fue en la generación. Debería estar un 60 ó 70% más cara.
Cambiando de tema, ¿cómo ves al país?
Tenía esperanza de que cambiara más rápido. Pero eso es lo último que se pierde. Había mucha expectativa y, generalmente, cuando eso pasa algo cambia. No lo noto. Algunas cosas se quieren ordenar, pero yo veo que esto va muy despacio. Y se va y se vuelve mucho.
¿Y qué opinás de la actualidad de Escobar? ¿Florece o no?
Se ve que hay algo mejor. Creo que es como pasa en el país, el tiempo de respuesta va lento. Pero no estoy en el día a día de la Municipalidad y no sé con qué recursos cuentan. Lo que hacen, creo que lo hacen bien.
¿Te gusta cómo está creciendo Loma Verde o te quedás con el de antes?
No, no me quedo con el que pasó. Yo antes vivía en dos calles de tierra y nos tapaba el polvo, ahora una es de asfalto y eso es un progreso que hace falta. Creo que necesita orden, un buen plan de crecimiento. Por ejemplo, me preocupa que se construya sobre la línea municipal, como pasa en el acceso al Haras, que no tiene veredas. Después es difícil expropiar.
¿Te entusiasma el proyecto del Intendente de declararla localidad?
Sí, me encanta. Siempre pensé que Loma Verde estaba en condiciones de ser localidad. Nos va a dar una identidad, que es algo importante. En Loma Verde hay poca gente originaria de acá, es un lugar en el que se afincaron en muchas casaquintas, countries, barrios privados y supongo que sus hijos van a tener mucha más pertenencia al lugar. Creo que así va a ir creciendo ese sentimiento por Loma Verde.