Fue una corrección, técnicamente necesaria, porque la ley sancionada en 2016 tenía cuestiones legales muy discutibles en su redacción. Pero pareció una broma de mal gusto que el debate haya sido justo el martes 28 de diciembre, como una alegoría al Día de los Inocentes, y camuflado entre las fiestas de Navidad y Año Nuevo para pasar lo más inadvertido posible a los ojos de la sociedad.
En este tema no hubo grieta ni dilaciones. Todo lo contrario: las cámaras de Senadores y Diputados sincronizaron sus relojes para tratar el proyecto en la misma jornada y dar por zanjada una controversia que se inició desde el momento mismo de la sanción de la ley 14.836, en agosto de 2016, y que se profundizó en los últimos meses.
Así, en tan solo cinco horas la Legislatura de la provincia flexibilizó la norma que limita a dos los mandatos consecutivos permitidos a intendentes, legisladores, concejales y consejeros escolares. La modificación permite que el primero de los dos períodos a contabilizar sea el que comenzó en 2019 y no el iniciado en 2015, como indicaba el texto original de 2016.
En pocas palabras, el tope seguirá siendo el mismo: no más de dos mandatos seguidos. Pero el punto de partida se corrió hacia adelante, ya que la ley tenía un efecto retroactivo rayano con la inconstitucionalidad.
También se modificó la reglamentación y se eliminó la posibilidad de aspirar a una nueva reelección si el segundo mandato se abandona antes de cumplir la mitad. Un atajo que tomaron más de una veintena de intendentes al pedir licencia para ocupar cargos provinciales o nacionales. Como hizo Ariel Sujarchuk al asumir la presidencia de la Hidrovía el jueves 2 de diciembre. O como Jorge Macri, que el mismo día dejó Vicente López para convertirse en ministro de Gobierno porteño.
Los legisladores que responden a María Eugenia Vidal y a Elisa Carrió, en la oposición, y a Sergio Massa, en el Frente de Todos, votaron en contra. Fue un acto de coherencia, ya que la ley fue impulsada por el Frente Renovador en acuerdo con la entonces gobernadora. No obstante, y aunque al principio estaba en duda, sobraron votos para que la mayoría de ambas bancadas apoye las modificaciones.
Voto a voto
El Senado bonaerense dio el primer paso darle media sanción a los cambios con 36 votos positivos, 8 negativos, una abstención y una ausencia. El debate comenzó con la iniciativa de los senadores Juan Pablo Allan y Joaquín de la Torre (Juntos por el Cambio), quienes propusieron cambiar el decreto reglamentario que permitió el atajo de las licencias a los intendentes, firmado por María Eugenia Vidal, Federico Salvai y el propio De la Torre en 2019. El segundo mandato se contará más allá de ser cumplido total o parcialmente.
“La ley ha demostrado tener en la práctica algunas deficiencias. La reelección indefinida sigue vigente. Pero la ley merece un cerrojo, para que la voluntad del legislador no encuentre un resquicio reglamentario”, remarcó Allan en el debate en el recinto.
En contra suyo se expresaron dirigentes del mismo espacio político, como Andrés de Leo (Coalición Cívica) o los vidalistas Walter Lanaro y Owen Fernández.
Teresa García, jefa del bloque oficialista, justificó los cambios en la ley y desgranó críticas a Vidal. “De ningún modo voy a admitir que haya una línea divisoria entre quienes defienden a la gente y otros que nos meteríamos en un balde de mugre. Tampoco voy a admitir que se exalte la figura de la ex gobernadora, que cuando el pueblo de la provincia no quiso acompañarla alzó las velas hacia otro horizonte”, sostuvo.
La votación dividió a los bloques de Juntos y del Frente de Todos. Entre los votos negativos hubo dos de senadores vidalistas, cuatro massistas y dos de la Coalición Cívica.
Sanción definitiva
El debate en el Senado había comenzado a las 17. Con las modificaciones ya consumadas, a las 20 se inició el mismo trámite en la Cámara baja, donde hasta último momento estaba en duda si se alcanzarían los dos tercios necesarios para habilitar el tratamiento sobre tablas del proyecto en sesiones extraordinarias.
Al final, ese requisito se cumplió con creces: sobre un cuerpo de 92 miembros, hubo 83 presentes para comenzar la sesión y 68 votos para habilitar el tratamiento: algunos significativos que luego se abstuvieron en la votación en general, como el de Daniel Lipovetzky. También acompañaron diputados referenciados con Vidal como Fabián Perechodnik o Martiniano Molina.
Otros legisladores vidalistas liderados por Alex Campbell rechazaron los cambios. “Me duele ver que en un momento tan difícil de nuestro país la agenda de la dirigencia política sea cómo 90 intendentes pueden tener un mandato más. Hoy estamos borrando con el codo lo que escribimos con la mano”, arremetió el ex secretario de Asuntos Municipales, en un encendido discurso.
El radical Maximiliano Abad, jefe del bloque de Juntos por el Cambio y titular de la UCR bonaerense, propuso el ingreso del tema en la sesión y después justificó su voto favorable, como el de la mayoría de su bloque. “Entendemos la importancia para la calidad democrática de la alternancia, pero en la política uno debe hacer lo que corresponde, dejar de hablar para la tribuna y para que titulen los medios”, señaló.
El último discurso fue el del jefe del bloque del Frente de Todos, César Valicenti. “No nos demos latigazos en la espalda”, pidió.
Con alocuciones más o menos altisonantes, el debate se cerró y ya no hay más especulaciones. Punto final. Lo último que faltaba era que el gobernador Axel Kicillof rubrique y promulgue la ley, registrada con el número 15.315, lo cual ocurrió el pasado jueves 13.
De esta manera, se terminó dando lo que reclamaba la inmensa mayoría de los intendentes bonaerenses, de uno y otro lado. “No se puede legislar para atrás. mucho menos en materia electoral. Hay una mirada muy amplia de que el primer período debiera subsanarse”, repetía hasta hace unas semanas Sujarchuk, que en 2016 aplaudió a rabiar la ley. En su caso, la posibilidad de buscar un tercer mandato en 2023 estaba dada por el salvavidas de la Hidrovía. Pero ahora la ley vuelve a darles oportunidades a todos por igual.
Así, son más de 90 los jefes comunales bonaerenses que tendrán luz verde para ir por una nueva reelección -la última, a menos que haya más cambios- dentro de dos años, sin tener que apelar a maniobras reñidas con la moral ni a presentaciones judiciales.
Como diría don Carlos, “tudo bom, tudo legal”.