Después de seis años de idas y venidas, finalmente el gobierno de la provincia de Buenos Aires convalidó la ordenanza de rezonificación de la ruta 26, que contempla el desarrollo de un corredor comercial en el trayecto que une las localidades de Ingeniero Maschwitz y Maquinista Savio.
La autorización del Ejecutivo bonaerense está firmada por la ministra de Gobierno, Cristina Álvarez Rodríguez, y era la última instancia a destrabar para que el Municipio pueda avanzar con la implementación de este controvertido proyecto, que cuenta con el total rechazo de muchos vecinos maschwitzenses.
La tercera (versión) fue la vencida, ya que la ordenanza sancionada por el Concejo Deliberante en la acalorada sesión del miércoles 26 de octubre de 2016 tuvo que ser dos veces corregida -la última, a mediados del año pasado- a pedido de áreas técnicas de la Gobernación.
En los considerandos de la resolución ministerial se destaca que la Dirección de Planificación Urbana y Territorial “entiende que se ha cumplimentado el trámite” y que el Municipio avala la iniciativa “en su carácter de responsable primario del ordenamiento territorial”.
Otros organismos de la provincia como la Dirección Técnica-Legal, la Dirección de Ordenamiento Urbano y Territorial, la Subsecretaría de Territorio y Desarrollo Sustentable y la Asesoría General de Gobierno tampoco pusieron reparos al proyecto de rezonificación.
De esta forma, la ministra Álvarez Rodríguez -justo ella, que tiene domicilio en Belén de Escobar- terminó por convalidar la polémica ordenanza 5.351/16 y las normas modificatorias que se fueron aprobando en los últimos años.
De qué va el proyecto
El plan del Municipio establece una modificación en el estatus de las parcelas ubicadas a ambos márgenes de la ruta 26, entre las calles San Martín, Almafuerte y Tronador. Es una extensión de 2,2 kilómetros en la conexión entre Maschwitz y Savio, que comienza a unos metros de la autopista Panamericana.
A grandes rasgos, la intención es replicar un corredor comercial y gastronómico como el de la calle Mendoza, del otro lado de la autopista, pero mejor planificado. Se sabe que ese lugar, al que miles de personas asisten cada fin de semana, creció a pasos agigantados y con muchos problemas estructurales, que aún hoy están a la vista.
Así, la iniciativa delimita dos porciones de parcelas en las que se prevé cambiar la actual nomenclatura de Zona Residencial Exclusiva a Zona Residencial y Comercial Extraurbana, lo que permitirá incorporar actividades que hoy no están contempladas.
La zona comercial estará en los extremos del corredor, donde se estipulan las modificaciones más significativas. En esos dos sectores -un total de 600 metros- se permitirá la construcción de viviendas unifamiliares y multifamiliares, centros comerciales, culturales, deportivos, profesionales y de salud; entidades bancarias, hosterías, hoteles, oficinas y restaurantes.
La otra porción de las parcelas -más extensa- se encuentra en el centro del corredor y allí se podrán construir edificaciones destinadas a viviendas unifamiliares y multifamiliares y oficinas.
El proyecto establece un incremento de la densidad de población permitida: de 60 a 150 habitantes por hectárea -el proyecto original autorizaba 300 habitantes- y el aumento en el máximo de metros cuadrados que se podrán construir con respecto a la superficie de una parcela.
Por otra parte, en la norma está expresamente prohibida la apertura de locales bailables, salones de fiestas, criaderos de animales, hipermercados, estaciones de servicio, funerarias, industrias, talleres y templos.
Voces en contra
Así como ocurrió en 2016 y cada vez que se reflotó, el proyecto de rezonificación volvió a generar malestar en vecinos de la ruta 26 y grupos defensores del medioambiente ahora que se conoció el veredicto provincial.
El principal reclamo es que esta iniciativa alterará la fisonomía de la zona, daría vía libre a la tala indiscriminada de sus añosos árboles y agravaría los problemas que hay en el tránsito vehicular.
La Asociación Vecinal Ruta 26 fue una de las que levantó la voz en contra de la rezonificación: “Esto significa la degradación total de la ruta, perdiendo su forestación a través de los árboles actuales. Las casas que queden detrás de todo esto sólo verán por sus ventanas las partes traseras de cualquier centro comercial. La desvalorización de las propiedades será inevitable”, alertó la entidad.
“Es una pena, un error y una muestra de ignorancia sobre cómo se desarrolla el territorio”, opinó el arquitecto Jorge Lembo, de la oficina del Plan Estratégico Territorial de Escobar.
En las redes sociales muchas personas expresaron también su indignación y frustración. “No hay ningún vecino que esté a favor de esto. Es todo un negociado inmobiliario, que atenta contra la calidad de vida de los vecinos y la sustentabilidad ambiental… Sin cloacas ni agua potable, quieren llenar la zona de comercios, un área verde de árboles añosos que seguramente van a talar”, expuso Carolina Peterlini.
Por su parte, Ethel Cuello, una antigua vecina de la ruta 26, cuestionó que “ni el criterio ni el análisis se tuvo en cuenta con este cambio sobre la zona, ni el impacto ambiental que se producirá con la tala de árboles por permitir centros comerciales sin necesidad e injustificados”.
“Nos sentimos impotentes. Solo queda apelar al profesionalismo de los arquitectos que están trabajando en el desarrollo del Plan Estratégico de Escobar en poder corregir esta situación. Ojalá esto suceda y se produzca un cambio”, cerró, casi a modo de súplica.
El pedido de la vecina encontró eco justamente en uno de los arquitectos que conforman la oficina del Plan Estratégico, quien se sumó a las críticas a la rezonificación del proyecto. En una publicación que hizo en Facebook, Jorge Lembo consideró que se trata de “una pena, un error y una muestra de ignorancia sobre cómo se desarrolla el territorio. Además, asociado a un proyecto de ampliación de la ruta primitivo”.
Aunque la suerte ya está echada, la opinión del profesional y funcionario municipal probablemente sea la única luz de esperanza para los vecinos que aún no se dan por vencidos. En los papeles, guste o no, el Municipio ya ganó.
“No hay ningún vecino que esté a favor de esto. Es todo un negociado inmobiliario”, expuso la vecina Carolina Peterlini.
Qué pena q se destruya un área tan linda, arboledas centenarias!
No sería mejor que primero hagan cloacas y servicio de agua corriente?