De todos los cambios que Ariel Sujarchuk hizo en el equipo de gobierno para encarar su tercer mandato en la Intendencia, sin lugar a dudas que ninguno impactó tanto como la designación de Rocío Fernández (44) en la Secretaría de Seguridad y Prevención Comunitaria.
Fernández tuvo su bautismo en la función pública en 2009, cuando le tocó estrenar la Defensoría del Pueblo, que dirigió durante doce años. Cuando finalizó su tercer período, Sujarchuk la integró a su equipo de gobierno como subsecretaria de Acceso a Derechos y Resolución de Conflictos.
Su llegada a la Secretaría de Seguridad sorprendió, en parte, porque no se trata de alguien con antecedentes en la fuerza policial. Sin embargo, su predecesor, Nicolá Serruya, tampoco los tenía, ya que también es abogado, al igual que ella. Los primeros secretarios sí fueron ex comisarios, como Walter Gómez y Graciela Cunial. Pero esa condición dejó de ser un requisito excluyente, si es que alguna vez lo fue.
Dice que no dudó “ni un segundo” cuando el intendente le ofreció el cargo, a inicios de febrero, y que su misión será profesionalizar los recursos humanos y optimizar los tecnológicos.
La Secretaría de Seguridad en la que asumió va camino a una transformación profunda. En primer lugar, porque absorbió la estructura de la disuelta Agencia Municipal de Tránsito, Transporte y Seguridad Vial. Así, su plantilla de personal cuenta con unos 700 empleados. Por otra parte, la creación de una Guardia Urbana se presenta como uno de los objetivos más ambiciosos en el corto plazo.
Cuando habla sobre el desafío de atender la seguridad pública, sostiene que la interacción entre los distintos actores es fundamental. “No hay otra manera de abordarla que no sea de manera articulada e integral”, subraya.
Además, asegura que sabe lo que implica la responsabilidad de hacerse cargo de un área tan sensible, crítica y caliente. “Somos conscientes, pero tenemos una premisa clara: somos vecinos representando a vecinos. Así que la misma expectativa que tiene puesta la comunidad, es la que tenemos puesta nosotros”.
También afirma que se siente respaldada y acompañada por el intendente: “Ariel está al día con la cuestión de seguridad, las 24 horas. Está absolutamente pendiente de lo que sucede. Es uno de sus principales ejes de gestión y es su ocupación y preocupación como como jefe comunal, de manera diaria y constante”.
-¿Este es tu mayor desafío en la función pública?
-Haber sido Defensora del Pueblo también fue un gran desafío. Tuve que iniciar esa institución, que hasta entonces no existía. Ahora, en cambio, no me toca iniciar un proceso sino continuarlo.
-¿Dudaste en aceptar el ofrecimiento?
-No, ni un segundo. No dudé porque creo en la conducción política e institucional de Ariel.
-¿Qué te pidió cuando te propuso el cargo?
-Que haga un análisis exhaustivo del estado de situación general de la Secretaría. Por el otro lado, tomó una decisión importante al unificar dos áreas como seguridad y tránsito. Hay dos objetivos claros: uno tiene que ver con optimizar y profesionalizar los recursos humanos, que son muchos, y el otro con trabajar en estabilizar y mejorar toda la cuestión tecnológica en materia de seguridad.
“Ariel es un intendente que está al día con la cuestión de seguridad, las 24 horas. Está absolutamente pendiente de lo que sucede”.
-¿Es necesario haber integrado alguna fuerza de seguridad para poder ocupar este cargo?
-Yo no lo creo, realmente. Es más, creo que se puede aportar desde otro lugar. Tengo cuatro subsecretarios, de los cuales tres han sido parte de la fuerza de seguridad con altos cargos. Por eso se arman mesas de trabajo. Y por eso es una Secretaría que tiene tanto personal, capacitado o formado, ocupando subsecretarías, direcciones generales y demás. Porque las bases operativas de prevención hay que llevarlas adelante.
-¿Cuántas cámaras de seguridad tiene el partido de Escobar y qué porcentaje funciona regularmente?
-Tenemos aproximadamente 2.100 cámaras instaladas. Estamos en un número de cámaras altísimo comparado con cualquier distrito. En general puede haber un 10% ó 15% con algún problema, ya sea por inclemencias climáticas, fibra óptica que haya que reemplazar o robo de cables. Diariamente se van reparando, por eso tenemos cuadrillas de trabajo.
-¿Cuál es, de acuerdo a los indicadores, la principal problemática de inseguridad a nivel local?
-Una modalidad que nos preocupa últimamente son los escruches, el ingreso a viviendas cuando sus habitantes no están. Tenemos zonas que nos generan muchísima preocupación. Por ejemplo, la zona de quintas de la ruta 26, que por una cuestión geográfica tiene accesibilidad por diferentes puntos.
-¿Qué tan seguro o qué tan inseguro es el partido de Escobar?
-Si tengo que definir entre alto, medio y bajo, yo creo que Escobar es medianamente seguro. Es difícil hablar de estadísticas, pero comparados incluso con algunos partidos vecinos, estamos bien. Lo que pasa es que decir estamos bien en términos de seguridad es complejo, porque cuando sos víctima de un delito se terminó la estadística. Tenemos 303 kilómetros cuadrados y más de 280.000 habitantes. No somos un municipio del interior, estamos insertos en el Conurbano, con las dificultades que eso implica.
Guardia urbana
En la última apertura del período de sesiones ordinarias del Concejo Deliberante, el intendente hizo varios anuncios sobre seguridad y uno de ellos fue la creación de una Guardia Urbana. Una denominación que inevitablemente remite al cuerpo civil que existió entre 2004 y 2008 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. No obstante, en los últimos años varios municipios replicaron ese esquema e incluso su nombre. Pilar, La Matanza, Esteban Echeverría, Córdoba y Corrientes son algunos ejemplos. Escobar se sumará a ellos.
Esta fuerza de proximidad será una suerte de eslabón superior y más profesional de la actual Prevención Comunitaria, con un campo de acción mayor, como la facultad de mediar ante conflictos vecinales. Inicialmente la integrarán preventores y agentes de tránsito que están siendo preseleccionados de acuerdo a sus perfiles. Todos ellos recibirán una capacitación física y académica del Instituto Universitario Juan Vucetich, que en mayo abrirá una sede regional en el Polo de Seguridad de Garín.
“El gran desafío que tenemos por delante es ganarnos el respeto de nuestra comunidad”.
Fernández acepta las críticas y cuestionamientos que suelen recibir los agentes municipales que trabajan en la vía pública, tanto en tránsito como en seguridad. “Muchas veces con razón y a veces de manera injusta. Porque muchos de ellos se la juegan 100% y realizan grandes tareas, con un compromiso que es altamente elogiable. Pero si tanta gente está enojada por algo, hay que tener la capacidad de escuchar”, reconoce.
En esa línea, sostiene que “el respeto es algo que se gana, no es algo que viene dado. Y creo que, en gran medida, parte de los chistes y de las comparaciones peyorativas han sido también porque no se ha podido ganar el respeto de la comunidad”.
“Entonces, el gran desafío que tenemos por delante es ese: ganarnos el respeto de nuestra comunidad, para lo cual tenemos que empezar por reconocer lo que está bien y lo que está mal. Y lo que está mal, hay que corregirlo”, concluye. ¿Podrá?