Por MARTIN POZZO
Director de revista La Negra
Después de algunos años por el circuito, uno tiende a pensar que no hay bandas que puedan sorprenderlo, que ya está todo inventado. A lo mejor puede venir alguna que suene musicalmente bien o que nos haga admirar por unos meses sus atuendos extravagantes. Sin embargo, todavía hay grupos que nacen para romper el molde, que tienen ganas de reinventar un género y que por su carácter de independientes sumen más puntos todavía a la hora de sacarnos el sombrero.
Conformada por Matías Carballo (voz), Hernán Leggio (guitarra), Nicolás Díaz (guitarra), Santiago Leggio (bajo), Adrián Suárez (batería) y Daniel Schroo (acordeón, teclados), Elipas es una de esas bandas y hablamos con ellos.
¿Cómo surgió la idea de armar Elipas?
Matías: Tiene su comienzo en abril de 2004, en Del Viso. Varios de los integrantes ya nos habíamos cruzado en otras fechas, éramos amigos que trabajábamos en diferentes bandas. El tiempo pasó, esas bandas se disolvieron y después de unos años se empezó a gestar lo que hoy es Elipas. En los primeros tres años la banda llevaba el nombre de Elipas Levi, un mago francés. Pero a medida que íbamos creciendo, ya con ideas más claras y un estilo más definido, decidimos que sea Elipas.
¿Qué metas se pusieron de entrada que ya pudieron cumplir y cuáles les quedan?
Santiago: Podríamos enumerar muchas. Una de las principales es consolidarnos como banda y tener un objetivo en común. Como segunda meta, el disco. Poder plasmar un proceso creativo en un primer trabajo discográfico (“Cuando salga la luz”), autogestionado, fue todo un desafío. Poder tocar en vivo y, al mismo tiempo, estar ensayando, grabando y en la constante búsqueda de una estética. Cosas positivas: la relación de Elipas vinculada al teatro, el video clip que sale en 2012… Lo que nos queda es empezar a viajar y abrir lazos con bandas de otras zonas, otras provincias, otros países. También poner la proyección en nuestro segundo trabajo discográfico y, con el mismo objetivo de siempre, tocar por todos lados donde se pueda.
Ustedes hacen rock mestizo, ¿cómo definen al género?
Matías: El rock mestizo es lo que comúnmente se conoce como la fusión del rock con los ritmos latinos. Buscamos en cada canción la posibilidad de concebirla con ritmos movidos en tonalidades no convencionales. Tratamos de salir de lo común, ir a lo desconocido y es ahí donde le encontramos la particularidad a cada tema. Además, las letras cuentan de una manera metafórica hechos que desestabilizan el orden de las cosas, como también están las que muestran cosas buenas y ver de qué manera podemos también nosotros, como individuos, tomar nuestro lugar. El género de rock mestizo viene siendo cada vez más amplio. Hay muchas bandas que fusionan ritmos y aparecen con buenas propuestas. Bandas precursoras que tenemos como referentes son Todos tus Muertos, Los Fabulosos Cadillacs, Karamelo Santo, Mano Negra, Maldita Vecindad, Fermín Muguruza y The Clash.
¿Qué es lo positivo y lo negativo de ser una banda independiente?
Santiago: Lo positivo es que no hay alguien que te apure, no tenemos que rendirle cuentas a nadie, hacemos lo que creemos que es correcto. Lo negativo es que corrés el peligro de dormirte. Es una organización grande, de tareas compartidas y de tirar todos para el mismo lado. Un trabajo por momentos agotador, porque sale todo de uno, entonces el músico termina siendo también productor de su banda. Siete años no es poco y en este tiempo pudimos generar una buena base. Igual, hay que estar atentos.
¿Cómo se imaginan dentro de cinco años?
Matías: Es mucho tiempo, pero si vamos a este ritmo, calculamos que con algunas discografías más. También aspiramos a una base más poderosa en la puesta en escena, shows con una producción más elaborada y, ojalá, por muchas partes del mundo haciendo conocer Elipas y sumando gente.