Cansada de la vida empresarial, Angie Ferrazini (47) comenzó a bosquejar en su cabeza una idea que implicaba ponerse en acción para generar un cambio. Solía viajar por trabajo y entrar en contacto con emprendedores rurales. Esto la condujo a cuestionarse respecto del poco valor que se le otorga a la tarea en el sector y la distancia que comúnmente tiene con los grandes puntos de venta.
Amante de los mercados, por ser un lugar donde se revela la idiosincrasia de un pueblo, se decidió finalmente por diseñar el suyo. Inclinada siempre por lo barrial, comenzó por casa y se lanzó en un proyecto que fue tomando cada vez más volumen, hasta involucrar a cientos de productores locales. Así nació Sabe La Tierra, una asociación civil cuyo propósito es crear una cultura sustentable.
El objetivo es ambicioso, ya que implica una cultura basada en la confianza, la transparencia, el desarrollo local, la vida saludable y la producción sustentable. Para alcanzar estas metas, buscan generar conciencia en los hábitos de consumo. Esta vuelta de tuerca se vale de un plan de acción que le otorga el correspondiente valor a los factores sociales, económicos y ambientales a la hora de consumir. Desde esta mirada, todos nos convertimos en responsables de lo que consumimos y de la basura que a partir de ello generamos.
Lo que distingue a la propuesta es la creación de ámbitos de encuentro entre vecinos, para profundizar el sentimiento de pertenencia y así fortalecer la identidad barrial. A partir del armado de mercados en distintos lugares (San Fernando, Belgrano, Vicente López y Parque Lezama, entre otros) se busca la revalorización del espacio donde se instalan y la transformación en las relaciones humanas, siempre promoviendo el cuidado del medio ambiente.
Lo hacen ofreciendo productos que muestren sintonía con estos valores, dando charlas y generando programas educativos que impulsen el cambio a la hora de alimentarse, consumir y vincularse con el otro.
Cerca de casa
En marzo de este año, Sabe La Tierra también llegó a Maschwitz. Está todos los sábados de 11 a 18 sobre la calle El Dorado 2336, a 20 metros de Mendoza, en el predio del Espacio Goji. Ambas propuestas se acoplaron, ya que comparten el mismo espíritu.
“La idea surgió cuando tuve que cerrar el restaurante orgánico y vegetariano Goji por motivos personales. El objetivo siempre fue generar conciencia en la gente con respecto a la existencia de otro tipo de alimentación, que te aleja de los médicos. Por eso me interesó mucho esta propuesta. Y como el lugar es propio, ¿qué mejor que traer un mercado con estas características a la zona?”, comenta Lorena García Carmona, la dueña del espacio.
Sabe La Tierra es una buena opción para almorzar algún plato fresco o bien abastecerse con verdura, pollos y huevos orgánicos. Hay jugos, quesos, chocolates, dulces y pan casero. También plantas y semillas orgánicas e incluso alguna que otra propuesta de indumentaria o artesanías que siguen la línea sustentable.
El predio es arbolado y tiene algunas mesas al fondo para sentarse a comer o escuchar alguna de las charlas que se brindan durante la jornada. Quienes ofrecen sus productos en el mercado no son necesariamente vecinos, muchos residen en zona norte o Capital. Sin embargo, algunos sí son escobarenses y compartieron su experiencia con DIA 32.
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Productores locales
Juan Carlos Guzmán vive en Maschwitz hace siete años. Llegó desde Bogotá (Colombia), de donde es oriundo, después de viajar 10.767 kilómetros en moto. En su puesto del mercado comercializa arepas: tortillas de maíz blanco que él combina con queso semiduro y las cocina en el momento a la plancha y sin aceite. El que se anima, le puede agregar una salsa de ají picante.
“El maíz blanco es un cereal que tiene excelentes propiedades antioxidantes y no contiene gluten. Te causa sensación de saciedad y no te deja el estómago pesado. Aparte, va en cualquier momento del día… Arepas con mate es una gran combinación”, sugiere.
El colombiano llegó a esta zona porque sus dos hijas residían en el barrio hace tiempo, con una muy buena experiencia. Como es viudo, decidió continuar su vida en el lugar donde estaba residiendo su familia. Asegura que en Maschwitz se encontró con “gente linda y con mente abierta”, y agrega: “Hay mucho argentino que solo come milanesas, pero acá se acerca otro público, así que tengo mejor suerte”.
Por lo pronto, sea o no efecto de las arepas, con 52 años asegura sentirse de 30 y, aparte de ofrecer un producto original, siempre tiene alguna anécdota que contar.
Úrsula Meyer (48) también es vecina de Maschwitz, desde hace 9 años. Ella vende pollos y huevos orgánicos que provienen de la Cooperativa Granjera de Chacras Orgánicas (COECO) de Entre Ríos. Explica que se trata de “pollos criados a campo y alimentados de la manera tradicional argentina: a pasto y grano. A la vieja usanza, con acceso a pasturas naturales”. Ella se sumó a Sabe La Tierra porque hace 24 años consume alimentos orgánicos y le interesaba ofrecer en la zona los productos de COECO.
Jorge Derra (59) es vecino de Maquinista Savio y forma parte de Pro Huerta, un programa impulsado por el INTA y el Ministerio de Desarrollo Social que promueve el acceso de las familias a una dieta más diversificada y equilibrada, mediante la autoproducción en pequeña escala de alimentos frescos. Es promotor de este programa y brinda charlas informativas en el mercado de Maschwitz, donde también pone a la venta sus productos. Junto a su mujer, Blanca Romero, ofrecen semillas y plantines orgánicos de aromáticas y verduras, además de plantas ornamentales.
En su casa se abastecen con lo que producen y siempre hacen hincapié en recuperar los cultivos originarios, que ya no se encuentran fácilmente en la zona, como tomate de árbol, papa del aire y yacón. Asegura que estos productos se están vendiendo muchísimo y que va de la mano con la idea original del proyecto: “La papa del aire crece en un alambrado o en el tejido de una medianera y puede llegar a producir 100 o más kilos de papa. Es un sustituto barato, rico en antioxidantes y bajo en calorías”, señala Derra, quien fuera concejal del Frepaso entre 1999 y 2003.
Todos los sábados a las 13 da una charla sobre temas puntuales. Quien se acerque, por ejemplo, podrá enterarse de algunos truquitos naturales, sin venenos nocivos de por medio, para cuidar sus plantas de caracoles, bichos bolitas u hormigas. Su lema es “suelo saludable, huerta saludable”.
Sabe La Tierra es un paseo recomendable para el fin de semana, por el cual circulan ya varios vecinos que han elegido una opción no solo natural sino promotora del respeto, del comercio justo y de los vínculos éticos dentro de la comunidad barrial.