Por JAVIER RUBINSTEIN
1 ¿Cómo te nació la vocación por ser bombero voluntario?
Estábamos en el Club Independiente y aparecieron cuatro hombres para cargar unos escombros, nos pusimos a charlar, nos contaron que eran bomberos y que iban a construir el cuartel en la otra cuadra. Me preguntaron si quería ser bombero, fui corriendo a mi casa y le pregunté a mi abuela -que me crió tras la muerte de mis padres-, pero me sacó corriendo. Empecé a ir igual, un día me dieron el papel para que me autoricen, así que agarré una lapicera y firmé yo. Tenía 13 años.
2 ¿Cuántos años llevás en la institución?
Fui activo durante 33 años y hace 20 estoy en la reserva, como retirado. Es una vocación tan fuerte que uno la lleva en la sangre. Cuando te retirás se sufre mucho y después ayudás en determinadas circunstancias.
3 ¿Cuál fue tu primera intervención?
En un restaurante que se llamaba El Cortijo, que estaba en Italia y ruta 9 vieja. Se quemó la cocina. Yo iba en bicicleta y cuando llegué ya no había casi nada de fuego.
4 ¿Y la peor tragedia en la que estuviste?
El accidente ferroviario entre las estaciones de Benavídez y Pacheco, en febrero de 1970. Un rápido se metió atrás de un tren y hubo más de 500 muertos. Fue un desastre terrible, cargábamos camiones con los restos de los cuerpos, gente de Escobar falleció en ese accidente. También estuve en la explosión de Parque Davis.
5 ¿Es cierto que los bomberos y la policía no se llevan bien?
Antiguamente era peor. Los bomberos voluntarios teníamos un choque muy grande con los bomberos de policía, ellos tenían la ley de su lado y nosotros no teníamos el espacio que deberíamos tener. Una vez que se hizo la Ley de Bomberos, automáticamente quien se hace cargo son los propios bomberos y la policía pasó a ser un colaborador.
6 ¿Desde cuándo estás en el negocio de los matafuegos?
Abrimos el 1º de octubre de 1978, el comercio era de Oscar Schanz, jefe de Bomberos en aquel momento.
7 ¿Es un rubro que creció mucho en los últimos años?
Sí, después de Cromagnón la gente empezó a tomar más conciencia. Al argentino le cuesta mucho darse cuenta del patrimonio que tiene, que vale muchísimo, y que por no gastar una cifra ínfima no lo cuida.
8 A tantos años de lo que pasó en Cromagnón, ¿cómo está hoy el tema de la seguridad en lugares públicos?
Se mejoró mucho y las autoridades exigen más, hay que insistir y tener un control sobre eso. Cambió muchísimo el tema en la Argentina, para bien.
9 ¿En qué momento se encuentra tu comercio?
Está en su mejor momento, económicamente la situación es muy buena para los comercios y la industria. Yo he pasado por todos los períodos, hoy trabajo con mis tres hijos y vivimos de esto las cuatro familias.
10 Pasando a otra de tus facetas, también sos directivo de la Fiesta de la Flor. ¿Cómo entraste a la institución?
Hace más de 30 años, mi tío “Bebé” Alvarez estaba a cargo del desfile de carrozas y me vino a buscar para que lo ayude. Después se fue y yo quedé a cargo del desfile. Hoy soy secretario, pero antes estuve en el jurado de carrozas y fui vocal suplente.
11 ¿Está en una etapa de estancamiento la Fiesta de la Flor?
Cuesta mucho, porque hay que cambiar mentalidades de cosas que están como en 1970. Todavía seguimos hablando de Luis Brussi y la sociedad cambió. Antes no había nada y los domingos se llenaba, ahora hay sho-ppings y 500 lugares más donde ir de acá a Capital.
12 ¿Cómo hacen para solventar los gastos del predio y la escuela?
Se nos acaba la plata a mitad de año y hay que salir a buscar por todos lados. Y así seguimos endeudados. Hay que romper con un esquema y pensarlo como algo diferente, utilizar la Ciudad Floral durante todo el año. Las fiestas nacionales tienen en su mayoría una fecha, viene un artista, se elige la reina y se acabó. Acá son 17 días de una estructura y eso tiene un costo muy alto.
13 ¿Sentís que el escobarense le da la espalda?
Este es un pueblo muy difícil para los eventos, el año pasado hicimos la e-lección de la Reina afuera con Soledad y no hubo el público que pensábamos. La gente no sabe apreciarla, dicen “todos los años es lo mismo”, pero es así en todos lados. La Fiesta del Ternero, de la Vendimia, todas son siempre iguales. Pero la gente que viene se va enloquecida y al 95% le encanta.
14 ¿Crees que ya tuvo su pico máximo de popularidad?
Creo que va a costarle muchísimo volver a esos momentos. La década del ‘70 fue la mejor época. Antes venían 200 mil personas, ahora 70, 80 mil.
15 Fuiste concejal por la UCR y estuviste muchos años a cargo de Defensa Civil, ¿qué balance hacés de tu paso por la política y la función pública?
Fue una buena experiencia, luché por mejorar el lugar donde vivo. Mientras fui concejal presenté más de 100 proyectos y en Defensa Civil trabajé mucho y se lograron muchas cosas. Pero la sociedad no reconoce diferencias entre unos y otros.
16 ¿La mayoría de los políticos son corruptos?
No, la gente los ve mal pero no es tan así. Hay de todo, quienes levantan la mano y nada más y mucha gente que trabaja muchísimo. Hay que tener vocación y no pensar solo en el sueldo.
17 ¿Cuál es tu opinión sobre el gobierno nacional?
Hay cosas en las que no estoy convencido, pero económicamente está actuando dentro de lo que se puede. Estamos en un buen camino, hay que repartir más la torta.
18 ¿Cómo ves a Escobar?
Creo que nunca estuvo tan feo y maltratado como ahora. Estamos viviendo una situación en la que es más fácil criticar que comprometerse. Los que nacimos acá estamos entregando las instituciones, nos falta participación.
19 ¿Qué aspectos mejorarías?
La planificación, aunque ya es tarde. La autopista tiene un valor incalculable, muchas ciudades quisieran estar al borde la ruta más importante de Argentina. Tenemos un camino al río destruido y no hay inversiones ni gente que se ocupe del turismo. Hemos tenido cinco diputados nacionales y no conseguimos nada para Escobar, no tenemos poder político.
20 Si tuvieras que elegir una década de tu vida, ¿cuál sería?
La de mis 30 a 40 años, la década del ‘80. Mi niñez también fue muy linda, más allá de la muerte de mis padres.
21 ¿Le tenés miedo al paso del tiempo?
No. Por supuesto que me gustaría llegar al día final lo más entero posible y con la menor cantidad de enfermedades, pero no le tengo miedo a la muerte. No me gustaría morirme porque me encanta vivir. Viví haciendo lo que me gustó, siempre, diseñé mi vida para llegar a este momento. Mis hijos se encargan del negocio, estoy más libre, tranquilo.
22 ¿Qué harías si ganaras un millón de dólares?
Lo primero sería viajar para conocer y tomarme mi tiempo para meditar. Después invertiría en propiedades.
23 ¿Hincha de?
De River, el campeón…
24 ¿Cuál fue el mejor partido que viste, uno inolvidable?
En el que fuimos campeones de la Libertadores de 1996, con Enzo levantando la copa. En esos años ganamos todo.
25 ¿Messi o Maradona?
Maradona. Me gusta Messi, pero todavía no terminó su ciclo.
26 ¿Lanata o Víctor Hugo?
Víctor Hugo.
27 ¿Pastas o asado?
Asado.
28 ¿Mar o sierras?
Mar.
29 ¿Consumís noticias locales?
Sí, leo diarios y revistas.
30 ¿Lees DIA 32?
Mi hijo compra la DIA 32 y yo la leo siempre. Me gusta, es bastante amplia, familiar.
31 ¿Tres cosas que te llevarías a una isla desierta?
La Biblia, una guía de supervivencia y un equipo de audio para comunicarme.
32 ¿Un deseo?
Que podamos vivir más en paz con nosotros mismos. Estamos muy alterados. Que todos podamos ser felices.
FICHA PERSONAL
Gustavo Rodríguez nació el 23 de diciembre de 1948 en la sala de 1º auxilios de Belén de Escobar. Está casado con Graciela Baglivo, con quien tiene tres hijos -Martín, Gimena y Pablo- y cinco nietos. Bombero de corazón, fue integrante de la primera camada del cuartel de Belén y el primer jefe del de Maschwitz. Coordinó Defensa Civil de 1877 a 1988 y de 2001 a 2005. Además, fue concejal de la UCR (1999-2003) y desde octubre de 1978 está al frente de su comercio Seguridad Escobar. También integra la comisión directiva de la Fiesta de la Flor.