La infancia de Sergio Munné (50) transcurrió en el seno de una familia de clase media, que pasaba por una buena racha conduciendo una fábrica de juguetes en Florida, Vicente López. Cuando creció tuvo la oportunidad de trabajar allí. Lo hizo desde los 16 a los 26 años. Aprendió a manejar inyectoras y sopladoras de plástico. Quizás sin saberlo del todo, estaba empezando a forjar una parte de su futuro.
Los estudios iban por otro andarivel. “Cuando iba a la primaria era un vago, me costaba mucho porque no sabía darle la importancia que merecía el estudio”, confiesa, con honestidad. La secundaria la llevó mejor, porque fue a un colegio industrial donde operaban con máquinas y se entusiasmó un poco más. Al finalizar se anotó en la UBA, pero abandonó. Después intentó en una universidad privada, donde corrió la misma suerte.
El flamante presidente de la Unión Industrial de Escobar (UIDE) -asumió en marzo- supo tenerlo todo, lo perdió y se reconstruyó desde cero. Cuenta que en la década del ‘90 la historia de esa vida cómoda y asegurada se dio vuelta. “A mis viejos les empezó a ir muy mal con la fábrica y perdieron todo. Cuando digo todo, es todo”, enfatiza.
Su realidad había cambiado por completo. Sin la continuidad laboral en la empresa familiar, no tenía idea de cómo podía empezar a defenderse solo. Pero no hay mal que por bien no venga: el traspié lo impulsó para comenzar con la carrera de licenciado en Marketing. Mientras, se ganó la vida trabajando en el área comercial de diferentes industrias y en 2000 se radicó en Belén de Escobar.
“Estar en una industria desde chico, haberme formado técnicamente en un industrial y luego estudiar Marketing me dio la combinación perfecta entre cómo fabricar y cómo vender o vender lo que se puede fabricar”, afirma Munné, que en 2002 se recibió en el Centro de Altos Estudios en Ciencias Exactas.
En 2008 cumplió su sueño: decidió dar un paso al frente, se independizó y así dio origen a Bligraf S.A., una compañía dedicada a dar soluciones integrales en packaging para productos de laboratorios, medicinales, higiene personal y alimenticios, entre otros rubros. Su planta está a la altura del kilómetro 56 de la Panamericana, sobre la Colectora Este, en Loma Verde.
“En todas estas etapas tuve miedo, de que me fuera mal, de equivocarme, de perder todo como mis viejos”, confiesa. Pero no dejó que esa sensación lo paralizara. De hecho, la primera vez que se acercó a la UIDE fue por una necesidad que atravesaba su empresa. Así conoció al anterior presidente, Marcos Villar, quien no sólo lo ayudó a resolver su problema sino que lo invitó a sumarse al equipo de trabajo de la institución.
De ese episodio también sacó un aprendizaje: “Los empresarios creemos que las soluciones a nuestros problemas están dentro de la empresa. Pero la realidad es que las soluciones a las dificultades internas están afuera de la compañía, consiguiendo las herramientas para aplicar esas soluciones”.
En un plano más general, afirma que “tanto empresarios como empleados necesitamos capacitarnos permanente. El mundo va a una velocidad que nuestra mente no puede entender y los que llevamos adelante empresas necesitamos saber que ya no alcanza con un título universitario, siempre hay que estar mejorando y aprendiendo”.
Tanto empresarios como empleados necesitamos capacitarnos permanente. El mundo va a una velocidad que nuestra mente no puede entender. Siempre hay que estar mejorando y aprendiendo”.
Después de ocho años en la comisión directiva de la UIDE, Munné conoce bien de cerca a las industrias locales. “Escobar tiene muy buenas empresas, con mucho potencial. La situación no es la mejor, la pandemia golpeó a la mayoría, pero rescato el ingenio que tienen para sobrevivir”, sostiene. Por eso tanto el diagnóstico como los objetivos los tiene muy claros.
“Lo primero que hay que hacer es que las empresas de Escobar vendan más: ayudar a las que están preparadas a exportar. Y a las que no lo están, contactarlas con otras empresas de diferentes lugares para potenciarlas. Si hay ventas y utilidades, todo lo demás se va resolviendo”.
Además, destaca que el gobierno local “desde el primer momento apoyó a la industria. Los impuestos y tasas son elevados, pero siempre hubo diálogo y se solucionaron las cosas”.
También remarca que lograron la construcción de lazos nunca vistos entre empresas y Municipio. Una oportunidad para generar un desarrollo sostenible en el que todos ganen.
FICHA PERSONAL
“Apasionado por generar cosas”
Nacido el 8 de diciembre de 1970, Sergio Munné está casado con María Lidia Aguerrebere y tiene dos hijos: Luz Belén (20) y Nicolás (16). Vive en el barrio parque El Cazador, en Belén de Escobar, donde se radicó en 2000, aunque ya lo conocía desde la niñez, porque sus padres tenían una quinta de fin de semana.
“Soy un apasionado de generar cosas, me gusta generar cosas”, se define el nuevo presidente de la UIDE, que en la actividad privada marca un diferencial al haber iniciado con Bligraf el camino a una certificación B, como empresa que aplica prácticas de “triple impacto”: económico, social y ambiental. Desde 2018 trabaja a conciencia sobre esos pilares.
También es cultor del running: 4 ó 5 veces a la semana sale a correr a las 7.30 de la mañana para mantenerse en forma y arrancar el día con buenas energías. “Lo incorporé como hábito hace diez años. Hago 4,5 kilómetros por día. Si no corriera, no bajaría. Es mi cable a tierra”, explica.