Desde octubre de 2013, Google Street View comenzó a recorrer las ciudades argentinas. Primero fue Buenos Aires, después importantes capitales de provincias y en los primeros días de enero le llegó el turno a Escobar. Ante el asombro de muchos vecinos, un llamativo móvil de la multinacional estadounidense líder de Internet fue visto recorriendo las cinco localidades del distrito, que pronto será incorporado a esta atractiva y polémica plataforma digital.
La distintiva Chevrolet Captiva de la flota del Street View que pasó por Escobar cuenta con una esfera equipada con 15 lentes que fotografían en 360°, cámaras de alta resolución de 65 megapíxeles, láseres que determinan las distancias de las imágenes, un disco rígido para su almacenamiento y una pequeña computadora que ejecuta el sistema.
La novedosa aplicación permite explorar cualquier ciudad como si se la estuviera recorriendo a pie. Con sólo un movimiento del mouse, los usuarios pueden realizar un recorrido virtual y ajustar a su antojo las vistas del paisaje real como si estuvieran allí. Tal como proyectaron sus inventores, este servicio se volvió muy popular para quienes planean visitar lugares desconocidos, viajantes que quieren obtener datos antes de llegar a destino y aquellos que simplemente disfrutan de pasear por otras latitudes sin moverse de sus casas.
Es un mecanismo peculiar, que no sólo permite mostrar el aspecto de una ciudad, como edificios, monumentos, parques y sitios típicos, sino que también es una forma de congelar momentos de la gente común. Pero este punto, más que ser valorado por sus utilidades, ha levantado un sinfín de voces en contra por parte de quienes consideran que se trata de una invasión a la privacidad de las personas.
Lo mismo había pasado años antes con Google Maps y Google Earth, que utilizan las versiones civiles de los mapas de satélites -que el buscador adquiere de servicios comerciales de cartografía-, porque mostraban detalles de lugares delicados, como bases militares o potenciales objetivos para perpetrar atentados.
En este caso, quienes se quejan lo hacen por razones que nada tienen que ver con la seguridad nacional. Es que desde que el Street View está en funcionamiento se han descubierto infidelidades, hombres saliendo de prostíbulos, personas teniendo relaciones sexuales en la vía pública, practicando yoga sin ropa o cayendo en la calle de forma bochornosa, entre otras situaciones entre impúdicas e indecorosas.
Incluso hay sitios en Internet que se dedican exclusivamente a mostrar en instantáneas congeladas este tipo de momentos: Fun Google Street View, Sidewalking, Street With a View y 9-eyes.com, son algunos ejemplos.
Nuestro país no estuvo ajena a la polémica: a horas de que los vehículos comenzaran a circular plasmando en imágenes la ciudad de La Plata, un abogado de 29 años llamado Luis Bianco presentó una acción de amparo ante el Juzgado Civil y Comercial Nª1 para solicitar a la Justicia que libre una medida cautelar y ordene a Google Argentina “abstenerse de tomar fotografías indiscriminadamente en la vía publica”.
Pero Google ya aprendió de los errores por los que debió pagar y tomó suficientes recaudos técnicos para acallar a críticos y detractores. Después de las primeras quejas y demandas por fotografiar sin su consentimiento a personas, miembros de sus familias o sus bienes, en la empresa decidieron distorsionar caras, pixelar patentes de autos y editar cualquier material que pudiera llevarlos a juicio. Este arduo proceso técnico puede llevar entre siete y ocho meses.
Además, una vez que las fotografías se encuentran online los usuarios tienen la posibilidad de reportar aquellas que identifiquen como inadecuadas para que sean revisadas y eventualmente removidas.
El servicio de Google Stree View ya funciona en 50 países y muestra más de 3.000 metrópolis, entre las cuales próximamente estará Escobar.