Por JAVIER RUBINSTEIN
Director de El Deportivo Magazine y El Deportivo Web
La carrera profesional de un tenista está llena de dificultades. Hasta lograr dar el salto de calidad que pretende, debe pasar pruebas que a muchos hacen bajar los brazos. Entrenamientos exigentes, viajes a distintos puntos del país o al exterior, gastos elevados y desapego familiar son las principales cuestiones que suelen obstaculizar ese sueño. Pero cuando hay pasión es más fácil seguir el desafío.
Daniela Farfán cumplió 18 años el pasado 3 de marzo, hace 12 que vive en Ingeniero Maschwitz y empezó con el tenis desde los 8. “Primero jugaba al paddle con mi papá y unos amigos, en un club de Capital, y un día le dije que quería empezar en la escuelita de tenis porque era más divertido, ya que estaban los nenes de mi edad”, le cuenta a DIA 32 la tenista, que ya lleva una década ligada a la raqueta, la pelota y el polvo de ladrillo.
A pesar de vivir en el distrito, Daniela no llegó a entrenar en ninguno de los clubes escobarenses. Su lugar de prácticas comenzó a ser Carmelo Tenis, en Benavídez, con un profesor especialmente dedicado a ella. Al ir progresando y destacándose, buscó nuevos horizontes de preparación y desde hace un tiempo entrena en Banco Nación, con Hernán Suárez y Mariana Díaz Oliva (ex jugadora profesional, llegó a estar 42º en el ranking), mientras que la parte física la trabaja con Daniel Nizzero y Nicolás Carloni.
“Ya a los 11 años decidí que quería empezar a jugar torneos y ahora, que soy más grande, estoy decidida a vivir de esto”, cuenta la maschwitzense, en un impasse de sus entrenamientos, en plena etapa de preparación de la temporada oficial de la Asociación Femenina de Tenis (WTA).
Como juvenil, Daniela fue jugando partidos y adquiriendo experiencia que le aportaron mayor conocimiento. A la hora de elegir un torneo profesional, por su desempeño y juego desarrollado, se queda con el Future de Villa del Dique, en Córdoba, en junio del año último, donde llegó a la final y perdió en tres sets (3-6, 6-3 y 4-6) contra Julieta Estable, una chica que entrena con ella. “Hasta ahora ese fue mi mejor torneo a nivel resultados. Fue una buena experiencia”, afirma la tenista, cuyos principales referentes son Díaz Oliva, Justine Henin, Gabriela Sabatini y Rafael Nadal.
Pese a que por su edad podría seguir jugando en la categoría junior, desde el año pasado descartó esa posibilidad para tener mayor roce y jugar por los puntos. “Estoy jugando todos torneos profesionales, Future y Challenger. Hasta tuve la posibilidad de jugar un Challenger de U$S 50.000 en premios”, destaca, pensando en todo lo bueno que vendrá.
De revés a dos manos, contragolpeadora y con buen manejo de aperturas desde el fondo -“más que nada con la derecha”, apunta-, esta adolescente tiene varios sueños para su carrera. “Mi objetivo principal para este año es quedar dentro de las 500 mejores del ranking WTA y poder ganar algún Future. Pero mi sueño es llegar a estar dentro de las Top 10 y poder jugar todos los torneos de Grand Slam”, sostiene entusiasmada. Hoy está en el puesto 880º y suma 13 puntos, con menos de un año de actividad en el circuito profesional.
Como Juan Ignacio Galarza entre los varones, Daniela es otra referente del deporte de Escobar que tiene aspiraciones importantes dentro del tenis, entrena todos los días para cumplir sus anhelos y le sobra garra para lograrlos.