El pueblo celebró como propia la estatuilla que recibió por "La sociedad de la nieve". Repercusiones en las redes sociales y el recuerdo de sus profesores de la Media Nº4.
Maschwitz
El pavimento convirtió calles de tierra que eran intransitables en
atajos a la autopista y a las rutas 25 y 26. Un alivio parcial, pero valioso y necesario, al caos vehicular escobarense.
Durante tres días, el parque Papa Francisco se transportó al medioevo con una feria temática que sorprendió con diversas propuestas. Desde combates en vivo y trajes típicos hasta concursos de barba, fogones y tiendas de campaña.
Durante tres décadas y media, la bajada de Panamericana tuvo una referencia inconfundible: el restorán de Uruguay Almenara. Celebridades del ambiente político, artístico y social disfrutaron sus delicias. Dejó de existir en 1999.
Tras seis meses de reclamos, el Municipio logró que la Nación le transfiera todo el predio de la calle El Dorado, en Maschwitz. En junio, una parte había sido cedida al sindicato La Fraternidad.
De manera inconsulta y sorpresiva, el organismo que administra los bienes del Estado le cedió un tercio del parque de la calle El Dorado al sindicato La Fraternidad. La bronca de los vecinos encontró eco en los concejales y el Intendente.
Pablo Olgiati combina su tiempo entre el trabajo de conductor y su pasión por la pintura. Amante del comic y el animé, realiza obras de todo tipo, con colores intensos y estridentes. Hace diez años es vecino de Maschwitz.
El Concejo Deliberante sancionó una ordenanza que obliga a los dueños de razas potencialmente peligrosas a colocarles un chip. Además, dispone la creación de un Registro Virtual de Mascotas.
Es la encargada de un merendero comunitario que funciona en el barrio San Miguel desde hace más de una década. “Nunca tuve ni voy a tener aspiraciones políticas. Mi interés es no pasar por esta vida en vano”, afirma.
Hace doce años se vino a vivir al barrio Las Chacras, junto a sus hijos y su esposa, Catarina Spinetta. Cuenta que le costó adaptarse, pero que ya empezó a “echar raíces”. De hecho, filmó dos películas en Escobar: Antes del estreno y Primavera.
Desde fines de los '90 se sienta detrás de la batería de Nonpalidece. Y hace una década se mudó a Maschwitz: “Venir acá me cambió la vida”, asegura. Afirma que “el reggae es un cable a tierra”.
Ingeniero Maschwitz cuenta con un nuevo atractivo que enaltece aún más su mote de “Pueblo de las Artes”. En el parque Papa Francisco, nueve escultores dejaron su impronta con obras imponentes que embellecen el enorme predio de la calle El Dorado.
El pasaje vehicular que conecta Maschwitz con Escobar fue reconstruido reemplazando la madera por hormigón. Además, la obra incluyó el ensanche del arroyo, para evitar inundaciones.
Es músico profesional, sesionista y docente. Participó de varias bandas y dejó su huella en discos de artistas locales. Ahora le llegó el turno de salir al ruedo como solista, sin descuidar sus talleres.
Enrique Gibert Mella y Ana Laura Siniscalco son pareja en la vida real y también en los teatros de ópera más importantes del país, donde se lucen con su Gala Lírica Popular. Anhelan presentarla en el distrito.
El modelo, actor y músico fue uno de los que hizo punta en la camada de famosos que vino a vivir a Maschwitz en los últimos años. Cuando no está, es porque viajó a India con su esposa, Dolores Barreiro.
A principios de 2015, un grupo de músicos emprendió una gira artística desde Ingeniero Maschwitz para difundir y ampliar su material discográfico a lo largo y ancho de América Latina.
Un mercado en Maschwitz que busca sustentabilidad, vecinos que ofrecen productos naturales y cada vez más personas adhiriendo a la propuesta del comercio justo y el consumo responsable.
Abogado y docente, fue distinguido como “Vecino Ilustre” por la Casa de la Cultura de la localidad, a la que llegó en 1972. “Lloré como una magdalena”, confiesa, aún emocionado.
Una pareja de voluntarios españoles llegó en 2014 al Colectivo Cultural con una beca de nueve meses de la Unión Europea. Pero la experiencia les resultó tan fascinante que decidieron quedarse a vivir en Ingeniero Maschwitz.
Dos jóvenes de Maschwitz conformaron hace un año una dupla de payasas que lleva su arte circense por distintos escenarios. “Sentimos que el trabajo y el esfuerzo dan sus frutos”, afirman, contentas.