Mientras que las estadísticas no alarman más que antes, la gente siente que ya no se puede vivir. Guarismos, lecturas, testimonios y opiniones de un tema que preocupa a toda la sociedad y que en Escobar generó movilizaciones.

Por CIRO D. YACUZZI
cyacuzzi@dia32.com.ar

Según todas las encuestas que se conocen, lo que se denomina como “inseguridad pública» constituye la máxima preocupación del conjunto de la sociedad argentina. Al menos es así para los que tienen algo que perder, ya que seguramente otros muchos que no son tomados tan en cuenta en estos mismos sondeos deben tener en mente problemas más urgentes y elementales, como su propia subsistencia diaria y la de sus familias. Acotación al margen, en el generalmente apático partido de Escobar se vio en diciembre un claro reflejo de esta crítica situación, a partir de una autoconvocatoria en la que unos mil vecinos -más o menos- reclamaron a las autoridades municipales y provinciales medidas concretas para frenar la delincuencia.

A juzgar por lo que se ve y se escucha a diario en las calles, el escenario es cada vez peor: el delito y la muerte acechan a la vuelta de la esquina, aún en lugares hasta no hace mucho (¿quince años?) tan serenos como Escobar. Sin embargo, las frías y muchas veces odiosas estadísticas -basadas en las denuncias que la gente hace de los hechos que sufre; único parámetro posible para medir o estimar una realidad- indican que, por el contrario, no solo no se está ante un recrudecimiento sino que, levemente, 2009 ha sido más benigno que el año anterior. ¿Creer o reventar?

Hay, claramente, dos factores que alimentan la creciente brecha entre la “temperatura” y la “sensación térmica” de la inseguridad. Por un lado, la acumulación de episodios y víctimas a lo largo de un determinado periodo de tiempo, más allá del término anual en el que se expresan y analizan más comúnmente los números. Esto conduce a una percepción razonable pero a veces engañosa a la hora de hacer conclusiones sobre algo que no es grave desde ahora, que quizás no lo sea hoy tanto como ayer y que -lo peor de todo- mañana no estará de ningún modo solucionado. El segundo elemento que incide en este plano es, como ya se ha demostrado hasta el hartazgo, el rol de los medios masivos, muchos de ellos cada vez más tenazmente amarillistas en el abordaje de esta temática, en gran medida por intereses políticos y económicos que encubren a sus ya atemorizadas audiencias.

De todos modos, la inseguridad está instaladisima (¿quién lo discute?) y no pasa día sin que varias personas la padezcan, irremediablemente, en una comunidad de doscientos mil habitantes como es el partido de Escobar, donde la policía recibe un promedio de una denuncia cada tres horas.

Pero creer que la solución a este flagelo se resolverá con más policías, menores presos y condenas más duras es, en el mejor de los casos, carecer de conciencia plena sobre la compleja dimensión que involucra a la inseguridad. Si sus causas se multiplican, ¿cómo no se multiplicarán las consecuencias? Sin embargo, el grito predominante, unívoco, es “seguridad”. Todavía las víctimas no claman por “comida”, “educación” y “trabajo” para los expulsados por el mismo sistema que, asi, retroalimenta a la delincuencia.

Los numeros, ¿mandan?

Datos oficiales obtenidos por DIA 32 indican que 2009 registró una tasa de criminalidad inferior a 2008 en el partido de Escobar, aunque aún superior a la 2007. En ese año se denunciaron 2.700 hechos, al mismo tiempo que fueron detenidas 750 personas. El número de delitos en 2008 escaló a 3.300 (+ 18%), y el de arrestos a 900. Finalmente, hasta la primera quincena de diciembre los ilícitos denunciados durante 2009 llegaban a 3.000, mientras que eran 1.300 las detenciones realizadas por estos sucesos. Además, según los informes de la policía, más de la mitad de los casos ocurridos en este trienio habrían sido esclarecidos.

El último registro distrital actualizado de 2009, correspondiente al mes de noviembre, dejó un saldo de 46 asaltos, 70 robos -sin uso de armas-, 49 autos sustraídos, 28 hurtos, 3 homicidios -todos producto de disputas personales- y 2 abusos sexuales. Total: 198 delitos, a razón de 6,5 por día; o sea, 1 cada menos de 4 horas.

Como contrapunto, la policía consignó haber esclarecido 126 hechos (63%), con 124 detenidos, además de realizar 24 procedimientos antidrogas, con el consiguiente secuestro de 429 gramos de picadura de marihuana y 56 gramos de clorhidrato de cocaína.

Problemáticas distintas

No todas las localidades y jurisdicciones del distrito sufren las mismas problemáticas. Vale decir, cada una tiene su propio mapa del delito.

Por caso, en Belén de Escobar el principal dolor de cabeza lo representa el robo de autos en la vía pública -tipificado como “hurto automotor”-, que en los promedios mensuales no baja de uno por día. Lo más alarmante es que esto ocurre en el acotado radio del casco céntrico, cuyos extremos no superan las calles Independencia, Italia, Gelves y Los Lazaristas.

Los asaltos son el delito más frecuente en Garín, los robos a viviendas en Ingeniero Maschwitz y los conflictos vecinales son lo más habitual en Maquinista Savio, de acuerdo a la descripción que ofreció a este medio el jefe distrital de la Bonaerense, comisario inspector Marcelo Guerra.

“Ojos verdes”

Así llamada, una iniciativa del Foro Vecinal de Seguridad de Escobar que en su momento sonó disparatada e inviable terminó por convertirse en una de las medidas centrales impulsadas desde el gobierno nacional y el Ministerio de Seguridad bonaerense para apuntalar la prevención del delito: la instalación de cámaras en la vía pública.

Para esto, el municipio de Escobar recibió más de tres millones de pesos a través del programa de “Protección Ciudadana” para colocar sesenta cámaras en las cinco localidades del distrito y montar una Central de Monitoreo. Misión que ya tiene a su cargo la empresa Global View, que tendría todo listo a más tardar en febrero, según los anuncios oficiales. Paralelamente, la Municipalidad creó recientemente la Dirección General de Prevención Comunitaria, comandada por Juan Carlos Papa, que también tendrá bajo su responsabilidad el funcionamiento de una patrulla comunal (desarmada) que colaborará con la policía en aspectos estrictamente preventivos y disuasivos.

LA INSEGURIDAD, DESDE LA OPTICA DE LOS FOROS VECINALES

“Estamos mal, pero no peor”

Juan Butori y Patricia Vega coinciden en varios aspectos. No se está bien, pero se estaba peor. Y no habrá solución si la ciudadanía se queda de brazos cruzados, sin arremangarse y participar.

Con un perseverante compromiso que ya lleva cinco años, los foros de seguridad se han convertido en un termómetro más que válido para analizar la acuciante problemática del delito en el distrito, ya que de sus periódicas reuniones participan autoridades policiales, judiciales, municipales, representantes de instituciones intermedias y vecinos que abordan la situación desde una especie de panóptico.

Juan Butori preside el de Escobar 1ra (Belén y Matheu) y Patricia Vega el de Escobar 3ra (Garín). Ambos fueron entrevistados por DIA 32 y mostraron no pocas coincidencias en sus diagnósticos, donde la conclusión que emerge es que “estamos mal, pero mejor que antes”, y que sin participación ciudadana no habrá solución posible.

¿En 2009 estuvimos igual, mejor o peor que en los últimos años?

Patricia Vega: Cuando conformamos el Foro, en 2004, fue debido a la gran inseguridad que sufríamos a diario. Había homicidios, asaltos, violaciones y robos de automotores, a la vez que la ciudad era escenario de secuestros extorsivos, piratería del asfalto y narcotráfico. Este año disminuyeron hechos tales como robos seguidos de homicidios, violaciones y robos a viviendas. Siguen las mismas variables del año anterior con respecto a robos en comercios y se incrementaron los arrebatos en la vía pública, mientras que la sustracción de autos se mantiene en un nivel bajo. Algo que nos genera gran preocupación son los menores que consumen drogas y alcohol y cometen diversos delitos. El jueves 17 a la mañana, por ejemplo, hubo un robo donde actuaron tres menores: uno de 15 años totalmente alcoholizado y dos de 6 años.

Juan Butori: En lo que hace a las jurisdicciones de Escobar ira, Matheu, El Cazador y Loma Verde, se observa que en 2009 ha habido un aumento de los asaltos (30% respecto de 2007), una disminución de hurtos (30%), un amesetamiento en los robos y un aumento en la sustracción de automotores (15%). En el análisis particular de cada jurisdicción, en 2009 vimos que en Matheu se han conseguido mejoras sustanciales (en 2008 fueron 719 hechos, 448 esclarecidos y 163 detenidos, mientras que en 2009 fueron 540 hechos, con 415 esclarecidos y 359 detenidos). Es cierto, como se dice, que las estadísticas no reflejan la realidad, ya que muchos hechos no son denunciados por diversas causas: ciudadanos que tienen miedo o descreimiento y autoridades que por intereses administrativos desestimulan muchas de las denuncias. Pero es válido pensar que las estadísticas reflejan una parte de la realidad. Entonces, podría decirse que, en general, la situación ha empeorado un poco respecto de 2007 pero mejorado respecto de 2008. Y que la labor policial, en virtud de la falta de medios crónica que padece (principalmente recursos humanos), ha sido aceptable. No obstante, tenemos la obligación de mejorar muchísimo más, porque es posible.

¿Cómo interpretaron la movilización que se hizo en Belén de Escobar reclamando medidas contra la inseguridad?

Butori: Es un reclamo legítimo, de toda la sociedad, que pide pacífica y constantemente a sus autoridades que tomen el problema de la inseguridad en forma seria. Pero también pienso que ya ha pasado el tiempo de que las movilizaciones sean principio y fin de un reclamo. En nuestro país, si queremos mejorar algo como sociedad no podemos dejarlo librado al solo impulso de las autoridades. Es necesario comprometerse y participar de la reconstrucción cívica y moral desde los espacios de participación que se están abriendo y de los que ya existen en las entidades civiles. Los ciudadanos tienen que hacer su parte y también controlar a quienes están con la responsabilidad ejecutiva. Recordemos que ellos son representantes y profesionales que deben trabajan por y para la ciudadanía.

Vega: Siento que las marchas son usadas por intereses personales por algunos inescrupulosos que no aportan nada para el bien común y no les interesa el dolor verdadero que sufren las víctimas. Creo en la participación comunitaria a través del trabajo del vecino comprometido para evaluar y resolver problemas. Todos unidos podemos solucionar cualquier situación.

¿Existe una “temperatura” y una “sensación térmica” de la inseguridad? Y en tal caso, ¿cuál es la brecha entre una y otra?

Vega: Sí, existe la sensación de inseguridad, que deriva de lo emocional, habla de la sensación subjetiva a través del miedo. No se condice con la realidad delictiva, pero produce muchos inconvenientes, ya que hay personas que se sienten inseguras en todos lados. Teniendo en cuenta el crecimiento demográfico en Garín, nuestro nivel delictivo es inferior al de otros lugares. Pero los habitantes, al escuchar todo lo que pasa, se sugestionan. Tenemos delitos, sí, pero no tan violentos como en otros distritos.

Butori: ¡Por supuesto! Todos los seres vivos, más que registrar, perciben y viven según perciben. Si los hechos delictivos van creciendo en brutalidad y desprecio por la vida, si se pide a las autoridades un plan serio contra la inseguridad y no se consigue una respuesta clara, y si se observa que en el país tenemos un sistema de seguridad que no da respuestas sino que, al contrario, genera impunidad y realimenta la inseguridad, ¿qué tenemos? Temor por la vida propia, indiferencia o inoperancia de las autoridades, desconfianza y angustia por un sistema de seguridad que no funciona. Estas son las claves que le dicen a todo ser inteligente que, de mantenerse las cosas, el futuro será peor. Generalmente quienes hablan de sensación de inseguridad lo hacen para minimizar los reclamos pero la realidad nos dice que, por el contrario, no es poca cosa la sensación de inseguridad. Es mucho más seria que la inseguridad por si sola.

El mismo tema, otras voces

“El delito no para y da la sensación de que va creciendo. Así, con el tiempo, creo que cada vez vamos a poder salir menos a la calle y no es digno vivir de esta manera. Hoy la gente no quiere ver más los noticieros y prefiere escaparse de los problemas, pero así tampoco solucionamos nada. No podemos tomar esto como algo normal, porque no lo es”

(Agustín Fernández, comerciante de Belén de Escobar)

“Escobar no es una isla, está en el contexto del país, pero uno tiene que abogar y luchar por lo suyo. Que no estemos tan afectados por la inseguridad como otros lugares no es argumento para no hacerlo”

(Hernán González, presidente de la Cámara de Comercio de Escobar)

“Esta es una marcha preventiva, porque no hubo un caso duro como pasó en Pilar y Tigre. Pero la inseguridad está en todos lados y la gente la sufre por igual, por eso creo que estas convocatorias deberían hacerse en cada una de las localidades del distrito”

(Concejal Alejandro Fedeli, al término de la manifestación del jueves 3 de diciembre)

“La inseguridad es un problema que estamos sufriendo todos, sin distinción de banderías políticas ni de sectores sociales. Nosotros estamos trabajando en lo que nos compete y vamos a hacer todas las gestiones para que esto mejore”

(Intendente Sandro Guzmán).

“La inseguridad existe. Hay meses que sube y otros que baja, pero en general la estadística se mantiene. Estamos trabajando con lo que tenemos y eso la gente lo entiende. Por eso no reclama hacia la Policía sino hacia la inseguridad”

(Comisario inspector Marcelo Guerra, jefe de la Policía Distrital).

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