Todo comenzó cuando cuatro amigos terminaban de comer un asado en una casa en Ingeniero Maschwitz y quisieron continuar la tertulia en un bar. Pero era la una de la madrugada y no encontraron adónde ir. Esa situación fue el disparador de una idea que, lejos de haber quedado en una charla post unas cuantas cervezas, el 14 de septiembre cumplió un año de materializada.
Se trata del R9 Road Café, un “restaurante rutero”, como lo define uno de sus dueños, donde todo gira en torno a las motos, ubicado donde antes funcionaba La Ballena, sobre Colectora Este, a metros de la ruta 26. “La idea fue armar un lugar donde nosotros nos sintiéramos cómodos. Como nos encanta andar en moto, planificar viajes y juntarnos con amigos, quisimos generar un espacio donde se respirara ese espíritu”, explica Martín Terra.
Antiguas motocicletas, aportadas por coleccionistas, están exhibidas como parte de la decoración. Así como también ropa, mucha perteneciente al campeón argentino de moto cross Diego Graziosi, quien un día fue a desayunar y a la semana volvió con un bolso cargado con prendas que solía utilizar en los campeonatos para dejarlas de regalo.
Sobre las paredes también se ven fotos enviadas por la gente y hasta una remera de Los Piyus, un grupo de motociclistas que está dando la vuelta al mundo en moto e hicieron la despedida de la quinta etapa, Los Ángeles-Alaska, en R9, disfrutando de una deliciosa comida y de una banda de rockabilly que puso la nota musical. “El lugar va cobrando vida y empieza a tener sus historias propias. Nosotros hicimos la caja, pero la mística se la va dando el público”, dice Terra.
Pero lo temático de la decoración es sólo una parte, porque R9 ofrece otros atractivos desde la ambientación. Todo está realizado con materiales reciclados, desde las lámparas hasta la carpintería. No hay nada comprado de serie, por eso el lugar se siente tan cálido y único. “A mi socio le explota la cabeza de creatividad, yo le digo que es un ‘ciruja fashion’, porque va juntando cosas por ahí y a todo le encuentra la vuelta”, afirma este emprendedor, quien confiesa que el máximo desafío desde lo arquitectónico fue decidir cómo armar ambientes distintos, porque “el lugar es gigante”. Algo que lograron a la perfección generando diferentes niveles y hasta un saloncito vip para eventos privados de hasta 30 personas.
Claro que todo ese ambiente “motoquero” puede intimidar a quienes jamás se subieron a una dos ruedas, a las mujeres e incluso a las familias, pero esos son simples prejuicios del público, porque todos son bienvenidos al R9: “Yo siempre pienso que si cuando era chico me hubieran llevado a un lugar donde podía ver cascos y afuera había motos y autos raros expuestos, me hubiera encantado, porque la salida hubiera tenido un plus. Obviamente tiene una tendencia masculina, pero no es la idea”.
De hecho, los jueves son para las mujeres, con importantes descuentos en las consumiciones. Y los fines de semana por la noche tocan bandas y se presentan shows de stand up aptos para todo público.
Sin embargo, lo verdaderamente exquisito de este restaurante temático es la amplia propuesta gastronómica, que se inclina hacia lo típicamente norteamericano: hamburguesas enormes, panchos en todas sus variedades, milanesas crispy rebozadas con cereales y las clásicas ribs. Además, ofrecen lasagnas, pastas caseras, chivitos uruguayos, pizzas, un bife de chorizo especial de la casa y una gran variedad de ensaladas. Todos los sábados, domingos y feriados hay un brunch de 9 a 13 horas. Y a la noche, por supuesto, todo eso se completa con riquísimos tragos.
Una propuesta diferente para quienes quieran vivir en Escobar un almuerzo entre amigos, una comida familiar o una noche con buena música, mejor comida y la compañía deseada.