Hace un año, cuando la pandemia del coronavirus llegaba al país, la esperanza de un mundo entero estaba puesta en el desarrollo de una vacuna que pudiera hacerle frente a una enfermedad que se preveía impredecible e imparable. Unos 365 días después no hay una sola vacuna sino decenas y de múltiples orígenes. Y su aplicación ya es realidad.
Mientras la lista de contagios y fallecidos a causa del Covid-19 continúa incrementándose diariamente, Argentina inició en diciembre el plan de vacunación más ambicioso de toda su historia. Y el partido de Escobar, por supuesto, no está ajeno a esta extraordinaria circunstancia.
Desde la Secretaría de Salud del Municipio se coordinó la apertura de varios vacunatorios. Actualmente son cuatro: el microestadio municipal de Garín, el Centro de Jubilados y Pensionados Ferroviarios de Escobar, el Club de la Tercera Edad de Matheu y la sede de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), también en Escobar.
Así, al miércoles 31 de marzo se llevaban aplicadas un total de 17.036 vacunas: 14.695 del primer componente (86%) y 2.341 del segundo componente (14%), según la información difundida por el Ministerio de Salud bonaerense.
El ritmo del plan de vacunación opcional público y gratuito se fue elevando a medida que llegaban más dosis de vacunas, ya sea de la Sputnik V rusa o la Sinopharm china, las dos únicas disponibles en el país hasta el momento.
La campaña comenzó a finales de diciembre, mes en el que se aplicaron 59 inyecciones (promedio de 29,5 por día), todas destinadas al personal del sistema de salud.
Con el correr de las semanas, la cantidad de vacunados fue creciendo de manera apreciable. En enero se inocularon 1.103 personas (37 por día), en febrero 2.403 (86 por día) y en marzo 13.471 (435 por día).
Cumpliendo con las prioridades establecidas por las autoridades sanitarias, además del personal de salud fueron inmunizados los adultos mayores, docentes, auxiliares de escuelas -no todos aún- y personas de riesgo con enfermedades preexistentes menores de 60 años.
De menor a mayor
En el partido de Escobar, las primeras dosis de la vacuna desarrollada por el Instituto Gamaleya ruso se aplicaron el 29 de diciembre de 2020. Previo al fin de un año totalmente adverso, los trabajadores de la salud pudieron empezar a inmunizarse en el hospital provincial Enrique Erill.
Los adultos mayores tuvieron que esperar un tiempo más: hasta el 17 de febrero. Ese día, el intendente Ariel Sujarchuk y la directora ejecutiva del PAMI, Luana Volnovich, supervisaron el inicio del plan de vacunación para la tercera edad en el Hogar de Ancianas Municipal Eva Perón.
Desde aquellas dos fechas hasta la actualidad, casi el 6% de los habitantes del distrito ya recibió, al menos, una de las dos dosis necesarias para estar protegidos contra el Covid-19.
Pese a que la campaña de vacunación se aceleró considerablemente el último mes, Escobar es uno de los municipios de la provincia con menos porcentaje de población inoculada. En este ranking, los distritos más chicos van a la cabeza: Tordillo (31%), Pellegrini (17%) y General Lavalle (16%) son los que pueden exhibir los mejores índices.
En el Conurbano bonaerense, en tanto, van a la cabeza Ensenada (15%), Berisso (15%) y Morón (12%).
“Esto tiene que ver con el índice poblacional. Al haber aún pocas vacunas que hay que repartir en cada lado, las incidencias se notan mucho”, explicó el intendente Ariel Sujarchuk a La Nación a mediados de marzo.
“En Tigre, Escobar y Pilar estamos atrasados. Esto hay que corregirlo en los próximos envíos. Yo soy optimista en que van a escuchar nuestro reclamo. Nos dijeron que en breve van a venir más vacunas”, agregó el mandatario. Y, por lo visto, eso es lo que empezó a ocurrir en la segunda quincena del tercer mes del año.
Hasta el momento, en la provincia de Buenos Aires se aplicaron 1.544.034 vacunas contra el coronavirus: 83% (1.281.523) corresponde a la primera dosis y 17% (262.511) a la segunda.
Un año después del inicio de la pandemia en Argentina, el panorama sigue siendo incierto pero es bastante diferente, a pesar del rebrote de contagios y la posibilidad latente de volver al aislamiento.
Aunque por diversas razones tardan más de lo deseado en llegar, las vacunas son la esperanza de que, al final, haya recompensa y el coronavirus sea parte del pasado, lo antes posible.