Miles de personas ya visitaron la muestra inmersiva del célebre artista en la Fiesta de la Flor. Una manera distinta de aproximarse a la intensidad de un pintor fuera de lo común.

La leyenda del pintor de los girasoles y de los cielos inolvidables son parte de la cultura general del mundo: Vincent Van Gogh consagró su corta existencia a dibujar y pintar con una pasión y una fuerza inigualables. “Lo que el color es en un cuadro, el entusiasmo es en la vida”, decía este artista neerlandés, uno de los principales y más reconocidos exponentes del postimpresionismo en la Europa del siglo XIX. Su gloria, que lo trajo a Escobar con una muestra inmersiva que viene recorriendo diferentes continentes, fue póstuma.

El 29 de julio de 1890, a pocos días de cumplir 37 años, mientras caminaba por un campo de trigo en las afueras de París, se disparó una bala en el pecho. Este desgarramiento, su lucha contra la soledad y el olvido, así como su alegría, sus inquietudes y el profundo amor que sentía por la humanidad, se ven reflejados en su obra. Pero, ¿de qué manera acercarse al desborde de este pintor que pasaba todo por el cuerpo? ¿Cómo detenerse ante La noche estrellada para conectar con su encanto?

La Experiencia Inmersiva Van Gogh, que desde el 5 de diciembre y hasta el 12 de enero está en Escobar, permite un acercamiento profundo a la sensibilidad y la mente de este artista.

Se trata de una muestra virtual que desde 2017 recorre las principales ciudades del mundo con una atractiva propuesta de realidad aumentada. En el caso de Escobar, está montada a escala y es más chica de la que en febrero pasado se presentó en el predio de la Sociedad Rural, pero no menos asombrosa.

la sala inmersiva de la muestra de Van Gogh
Impactante. La sala inmersiva permite sentirse “dentro” de la obra e interactuar con ella.

Paso a paso

El recorrido completo, que toma entre 75 y 90 minutos, se compone de diferentes momentos. La primera parte convoca al público a ingresar a la reproducción escenográfica del dormitorio de Van Gogh en Arlés.

Para sentir cómo se veía el mundo desde la sencilla cama del pintor, algunos prueban con recostarse o sentarse en la mesita al lado de la ventana. A diferencia de un museo donde se exhiben originales, la buena noticia es que todo se puede tocar. En este sentido, es ideal para relajarse también con los más chicos.

gente viendo la galería de cuadros de van gogh e información sobre el artista
Introducción. El pasillo donde se exponen cuadros e información del artista neerlandés.

La segunda parte, que también oficia como introducción, es más bien explicativa de las distintas etapas y períodos del pintor. Es un pasillo con imágenes de sus cuadros, descripciones, datos y citas.

La protagonista de la experiencia es la sala inmersiva de proyecciones envolventes y música sincronizada. La propuesta gira en torno a las cartas que le escribe el pintor a su querido hermano menor, Theo.

La recomendación en este punto es aprovechar la comodidad del espacio y cortar con lo estático: recorrerlo, mirarlo desde el suelo, acostarse. Cambiar de posición para sentirse “dentro” de la obra e interactuar con ella. Escuchar atentamente las palabras del artista, sus procesos, y mirar los paisajes de sus cuadros, los gestos en los retratos, la singularidad de sus flores.

En el relato se escuchan sus palabras, ansiedades e intrigas, acompañadas por música clásica y las cuatro paredes proyectando en diferentes perspectivas imágenes de sus cuadros más célebres. En total pintó 900, entre los cuales 27 son autorretratos y 148 acuarelas, más dibujos y bocetos.

gente en la sala inmersiva, mirando y sacando fotos
Contemplación. La sala inmersiva invita a los espectadores a entrar en la intimidad del autor.

“La correspondencia de Van Gogh contiene algunos de los más bellos textos literarios que jamás haya escrito un pintor. Lo mismo que en su pintura, se expresaba profunda y a veces brutalmente en sus cartas”, escribe Fayad Jamís en un prólogo al libro Cartas a Theo. “Puse mi corazón y mi alma en mi trabajo y he perdido mi mente en el proceso”, expresó el mismo artista, que sufría de diferentes trastornos mentales.

Tanto como los azules, amarillos y naranjas de sus cielos, los girasoles de Van Gogh son un camino precioso para acercarse a su espíritu. Los dos primeros cuadros de esta serie los hizo colgar en la habitación de su amigo y pintor Paul Gauguin.

Los famosos giraroles de Van Gogh en la muestra inmersiva
Ícono. Los famosos giraroles de Van Gogh, que para él representaban un símbolo de gratitud.

En una de las cartas que le escribe a su hermano, señala que estas flores tenían un significado especial para él, describiéndolas como “un símbolo de gratitud”. Hacia el final de la función de la sala inmersiva, esta sensación se transmite a través de una imperdible lluvia de girasoles que empapa a los visitantes con la sensibilidad del artista.

Después, las gafas de realidad aumentada continúan la experiencia inmersiva por la obra de Van Gogh. Al final hay mesas para calcar cuadros emblemáticos del autor y llevárselos de recuerdo. Antes de terminar el recorrido, la sala de espejos propone un reflejo “diferente”.

gente con gafas de realidad aumentada
Inmersión total. La experiencia con las gafas de realidad aumentada, al final del recorrido.

La Experiencia Inmersiva Van Gogh está en el pabellón 3 del predio de la Fiesta Nacional de la Flor. Se inauguró el jueves 5 de diciembre, en el megaevento Escobar Innova, y sigue abierta de jueves a domingo hasta el 12 de enero. Ya la visitaron cerca de 5.000 personas.

Quien se sienta convocado por esta entrada al mundo del pintor y quiera ver una obra original sin tomarse un avión a Nueva York o París, puede hacerlo en el Museo Nacional de Bellas Artes -avenida Del Libertador 1473 (CABA)-, donde se exhibe Le moulin de la Galette.

ENTRADAS

Precios y puntos de venta

La entrada general a la Experiencia Inmersiva Van Gogh cuesta $8.000, pero para los vecinos del partido de Escobar el precio es $6.000. El pase para jubilados y menores de 10 años está $4.000. Los tickets pueden sacarse virtualmente, a través de la plataforma Tu Entrada. También de manera presencial, en las boleterías del teatro Seminari y del pabellón 3 de la Ciudad Floral.

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